Chirac invita a Aznar a que ejerza un papel activo en la ampliación de la Unión Europea

El presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, se deshizo ayer en elogios hacia España, "que ha recuperado su impulso y su grandeza" y la invitó a participar en el núcleo de países que debe construir Europa. "España y Francia han marcado la historia de Europa y del mundo y tienen una vocación natural de ser motores". Todos estos elogios, pronunciados en la conferencia de prensa final de la cumbre hispano-francesa que concluyó ayer en Salamanca, no podían ocultar, sin embargo, las divergencias que existen entre Madrid y París ante el próximo Consejo Europeo de Luxemburgo, que abrirá el camino a la ampliación de la UE a los países del centro y el este deEuropa.

Tanto el presidente francés, que estuvo acompañado por su primer ministro, el socialista Lionel Jospin, como el presidente del Gobierno español, José María Aznar, destacaron el excelente momento por el que atraviesan las relaciones hispano-francesas. La sintonía en la lucha antiterrorista, la voluntad compartida de solucionar los problemas bilaterales que afectan al transporte de frutas y hortalizas españolas a través de Francia, los mismos criterios en política exterior -sea en el Mediterráneo, Oriente Próximo o América Latina, o ante las cumbres de medio ambiente de Kioto o el convenio de Ottawa para la prohibición de las minas antipersonales- no podían ocultar las divergencias de fondo que existen ante la ampliación europea y su financiación.Chirac subrayó la necesidad de que la UE proceda a reformar sus instituciones y a establecer unas perspectivas financieras antes de que se incorporen los nuevos países miembros, mientras que España considera que los países con menos rentas no pueden pagar el coste principal de la ampliación.

La cumbre de Luxemburgo, que tendrá lugar los próximos días, 12 y 13, "será la de la ampliación, la que va a poner en marcha un proceso que permitirá a la familia europea reencontrarse en la democracia, la estabilidad y la paz", afirmó Chirac. Para el presidente francés "nuestras instituciones, que fueron creadas para seis países miembros, no funcionan muy bien con 15 y serán totalmente incapaces de asegurar la responsabilidad de una Unión de 20 o 25 países". Aznar apenas abordó el tema europeo, y se limitó a señalar, a preguntas de los periodistas, que no se podía hablar de acuerdos sobre el coste de la ampliación de la UE, ya que es "difícil ponerse de acuerdo sobre algo que no existe". En cualquier caso, para Aznar es imprescindible que Europa mantenga su política de solidaridad interna, en una clara referencia al mantenimiento de los fondos estructurales y de cohesión que disfruta actualmente España.

El presidente francés afirmó comprender perfectamente la posición del Gobierno español, y señaló que él mismo no estaría dispuesto a aceptar una Europa que pusiera en peligro los intereses de Francia y de los franceses, y particularmente el de los agricultores. La Política Agrícola Común (PAC), que es la partida principal del presupuesto comunitario, se verá afectada por el ingreso de países con un gran peso agrícola, lo que preocupa tanto en Madrid como en París.

Sobre el tema más candente de las relaciones bilaterales, los ataques a los camiones españoles que atraviesan Francia, tanto Chirac como Jospin aseguraron que se garantizará la libre circulación por las carreteras francesas y que se pagarán indemnizaciones antes de tres meses a los transportistas españoles afectados por los cortes de carreteras en la última huelga de camioneros. También anunciaron que el próximo día 18 se reunirá una comisión mixta, en la que estarán presentes miembros de la Administración y los agricultores de ambos países, para buscar soluciones a los ataques contra las frutas y hortalizas españolas en Francia.

José María Aznar anunció también el compromiso de España de renovar su flota de submarinos con el modelo Escorpión, una nave de ataque de propulsión convencional que se fabrica en España y que se exporta a terceros países como, por ejemplo, Chile. España cuenta actualmente con ocho submarinos de la clase Daphnem, también de tecnología francesa. Aznar presentó la compra de estos submarinos en el marco de una profunda renovación de las Fuerzas Armadas españolas en la que se incluye su plena profesionalización.