Yeltsin se toma más tiempo antes de decidir el futuro de sus dos superministros

La amenaza de que rueden cabezas sigue pendiendo sobre el Gobierno ruso, pero la decisión del presidente, Borís Yeltsin, de aplazar al menos una semana su juicio público a todos y cada uno de sus ministros ha dado a estos un respiro que, sin duda, aprovecharán para preparar a fondo el examen.En estos días, Yeltsin viajará a Suecia; el primer ministro, Víktor Chernomirdin, lo hará a Bielorrusia, y la Duma (Cámara baja del Parlamento) debatirá en primera lectura el presupuesto federal. Del resultado de esta discusión puede depender la dirección que tome el hacha del líder del Kremlin. "Todo está en manos del presidente", aseguró ayer el vicejefe del Gobierno Boris Nemtsov, que acaba de perder la importante cartera de Energía, mientras que Anatoli Chubáis, el otro número dos del Gobierno, se vio despojado de la de Finanzas, tras saberse que aceptó un adelanto desorbitado por un libro sobre privatizaciones de cuya existencia se duda.

Según Nemtsov, la marcha del proceso de reformas no corre peligro, ya que "el presidente no es tan variable como para que tome en el plazo de pocos meses decisiones contradictorias".

Yeltsin ha decidido exigir al Gabinete un inusitado rendimiento de cuentas al hacerse evidente que él no podrá cumplir su promesa de junio de pagar los salarios atrasados a millones de médicos, profesores y otros trabajadores del sector público. Con éstos, y con los de empresas privatizadas, hay acumulada una deuda de más de 1,3 billones de pesetas.

Como la recaudación de impuestos está apenas por encima del 50% de lo presupuestado, la única esperanza es que el Gobierno reciba dinero fresco de las privatizaciones de empresas estatales, sobre todo de las petroleras, pero tras los retrasos es "casi imposible que se efectúen este año.

Una misión del FMI llega hoy a Moscú para analizar si Rusia está cumpliendo con las condiciones de su crédito de 10.000 millones de dólares (1,5 billones de pesetas), pero, incluso en el mejor de los casos, el FMI no liberaría para este año más de 700 millones de dólares.