Las editoriales intentan reforzar los lazos entre España y Portugal
Las literaturas portuguesa y española dan pasos hacia un acercamiento mutuo que no se quede atrás respecto de las actuales buenas relaciones políticas entre ambos países. La situación del libro, como soporte cultural, es el motivo que reúne en Zamora a editores, escritores, traductores y críticos literarios de los dos países en unas jornadas que comenzaron ayer y terminan mañana.Entre los participantes figuran representantes de las editoriales Alfaguara, Alianza, Grupo Anaya, Planeta, Afrontamento y la Asociación de Editores y Libreros de Portugal; junto a escritores como Luis Alberto de Cuenca, José Luis Alonso de Santos, Joáo de Melo, Agustina Bessa Luis y Mario Claudio.
Felicidad Orquín, de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, de Anaya, recalcó que la cooperación editorial queda patente en las negociaciones de entrada de capital mayoritario o compra por parte de su grupo de la editorial portuguesa Dom Quixote. Esta operación no sólo permitirá la difusión en España de toda la obra de esa editorial sino, en general, de todos los escritores portugueses. Es un buen momento para las relaciones literarias de ambos Estados, precisó Orquín.
Otras editoriales españolas como Alfaguara o Seix Barral han publicado autores portugueses como José Saramago o Agustina Bessa Luis o han editado una minicolección de bolsillo de autores ibéricos este verano (Alianza Editorial) que incluía a José Cardoso Pires o Joâo de Melo. En Portugal se asiste a una mayor penetración de la literatura española y se incrementa el estudio del español, según reconoció Arnaldo Saralva, de la Universidad de Oporto. En su opinión, las iniciativas en marcha para dar a conocer la literatura portuguesa en España, todavía desconocida para el gran público más allá de Fernando Pessoa, Saramago y pocos más, chocan con "un problema de tradición".
Prejuicios
En España se ha publicado la obra de alrededor de medio centenar de autores lusos. Felicidad Orquín señaló que, a pesar del esfuerzo de los portugueses por la literatura española contemporánea, las ventas no han estado a la altura de los deseos editoriales. Una cierta falta de publicidad y los prejuicios seculares entre los dos países vecinos se configuran como elementos que abundarían en el poco conocimiento mutuo, a pesar de las calidades literarias que nadie discute.La iniciativa editorial, a pesar de sus prejuicios, resulta básica para suscitar el interés por un autor, añadió Saraiva, quien puso el ejemplo del descubrimiento de Pessoa en España como puerta para introducir otras figuras lusas como Eugenio de Andrade o José Saramago, entre los autores más recientes. "Así empiezan los movimientos culturales", subrayó el profesor Saraiva que agregó que "el mercado contesta siempre que hay razones culturales fuertes".
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