Israel aprueba un diluido plan de retirada parcial de la Cisjordania ocupada

EI primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, consiguió ayer, tras una reunión del Gabinete que duró siete horas, que su dividido Gobierno diese luz verde a un plan, muy diluido, para la retirada parcial de los territorios ocupados en Cisjordania. Pero la decisión gubernamental, que no incluye el alcance del repliegue, lleva unida una relación de condiciones tan larga que hace pensar que las posibilidades de que se lleve a la práctica sean muy remotas. La radio israelí aseguró en su información sobre la reunión del Gobierno, no sin cierta ironía, que "el Gabinete decidió que decidirá más adelante".

La oposición laborista calificó el acuerdo como "antidecisión", y amenazó con presentar una nueva moción de censura con el apoyo de la ultraderecha, que se opone a cualquier nuevo repliegue. La división de la coalición conservadora de gobierno ante' la cuestión de la retirada del Ejército israelí fue salvada con un acuerdo sin contenido, que fue respaldado por 16 ministros. Sólo los dos representantes del Partido Nacional Religioso se abstuvieron en la votación.Según el secretario del Gabinete, Danny Naveh, "el Gobierno ha reafirmado su determinación de seguir avanzando en el proceso de paz y, antes de las negociaciones sobre el estatuto final, se llevará a cabo un nuevo repliegue". Sin embargo, a pesar de las especulaciones alentadas desde el propio Gobierno de que la retirada se llevaría a cabo dentro de cinco meses, la coalición gubernamental ha sido incapaz de fijar incluso un calendario.

"Decidiremos la semana que viene", aseguró el ministro de Exteriores, David Levy, que añadió que la comisión encargada del mapa para el repliegue se había reunido ayer mismo y volvería a hacerlo el próximo miércoles.

Rozando el malabarismo político, Benjamín Netanyahu ha lanzado fuera el balón y ha designado para recogerlo al "gabinete de seguridad", que él mismo preside y del que forman parte los ministros de Defensa, Asuntos Exteriores e Infraestructuras. Este reducido grupo elaborará el proyecto tras "un profundo debate" sobre el acuerdo definitivo de paz.

Antes de fijar el alcance del repliegue, que se pretende sea el último, aunque en el acuerdo sobre Hebrón se recogía un tercero, el Gobierno israelí quiere definir sus planes para el acuerdo definitivo con la Autoridad Palestina (AP). En ese plan se incluirían "las áreas vitales para la seguridad del Estado de Israel, las zonas de asentamientos residenciales (colonias) y otros intereses como el agua y los lugares históricos del judaísmo". "Sólo después de que el Gobierno apruebe esas directrices se decidirá sobre los pasos intermedios", según el secretario del Gabinete. El Gobierno israelí también exige, antes de proceder al repliegue, al que está obligado por los acuerdos firmados hasta la fecha, que la AP cumpla sus compromisos previos. Entre ellos se destacan la reforma de la Carta de la OLP, una lucha más decidida contra el terrorismo, la garantía de que la policía palestina se reducirá hasta el número de efectivos contemplado en los acuerdos provisionales y que la Administración de Yasir Arafat se abstenga de llevar a cabo actividades en Jerusalén.

La AP ha calificado el plan de Netanyahu, que oficiosamente contempla el repliegue de entre el 6% y el 8% de Cisjordania, como "una continuación, por parte del Gobierno israelí, de su intento de burlar el cumplimiento de los acuerdos anteriores". Arafat manifestó ayer en Ramalá que esperaba que la retirada del Ejército israelí "sea de la magnitud acordada en los compromisos firmados hasta la fecha". La ministra de Educación palestina, Hanan Ashrawi, aseguró que "el Gobierno israelí está negociando consigo mismo", ya que la cuestión del repliegue quedó zanjada en los acuerdos con la AP, "y en ellos se específica el calendario".

La AP sólo controla totalmente el 3% del territorio de Cisjordania, fundamentalmente en siete ciudades, y comparte con Israel el control de otro 27%.