Un juez brasileño denuncia el trabajo infantil en fincas de legisladores

Varios legisladores brasileños han sido acusados por un juez de explotar el trabajo de niños de corta edad para cosechar naranja en sus fincas del Estado de Sergipe, en la paupérrima región noreste de Brasil. Niños, algunos de cuatro años, trabajan hasta 12 horas diarias expuestos al sol y a la lluvia, a los fertilizantes y al contacto con el ácido cítrico de la cáscara de las naranjas, al punto que muchos de ellos acaban por sufrir enfermedades de la piel y afecciones respiratorias.

" Es un hecho que los niños trabajan en las tierras de los políticos, y ellos lo saben muy bien", comentó al diario carioca O Globo el juez Diógenes Barreto, de la comarca de Boquim, donde es más frecuente el trabajo infantil.

Los niños son reclutados junto con toda la familia. Los llevan en camiones a las fazendas y les pagan el equivalente de unas 23 pesetas por cada caja de naranjas o un jornal de poco más de 200 pesetas por día. "Oye, que es mucho mejor hacerlo por caja, puedes ganar hasta dos o tres reales por día" (entre 260 y 400 pesetas), comentó a O Globo Antonio dos Santos, de seis años, quien recoge naranjas desde los cuatro.