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Condenados a muerte 33 integristas en Turquía por quemar vivos a 37 musulmanes moderados

Las cosas siempre pueden ir a peor en Turquía. Cuando se acerca el examen de diciembre para cribar a los aspirantes a ingresar en la UE, los timbres de alarma saltaron ayer con 33 sentencias de muerte para otros tantos integristas. El Tribunal de Seguridad del Estado revisaba el caso de la matanza de Sivas: una masa de extremistas islámicos incendió el 2 de julio de 1993 un hotel de esa ciudad del centro de Anatolia donde musulmanes moderados celebraban un acto cultural, entre ellos el escritor Aziz Nesin, traductor de Versículos Satánicos, de Salman Rushdie. Murieron abrasadas 37 personas.

El veredicto contra los integristas llega en plena ofensiva del Estado laico, del que los militares se proclaman guardianes, contra el islamismo turco. El Tribunal Constitucional debe decidir antes de que acabe el año si ilegaliza o no al islamista Partido del Bienestar (Refah), el más votado hace dos años en las últimas elecciones y cuyo líder, Necrnettin Erbakan, fue primer ministro hasta el pasado mes de junio.El presidente del tribunal, Orhan Karadeniz, cumplió con el rito de romper la pluma con la que había firmado las sentencias de muerte. El Tribunal de Seguridad del Estado, creado durante la dictadura militar tras el golpe de Estado de 1980, está especializado en juzgar a activistas kurdos e islamistas. Entre sus tres, miembros se sienta un, juez militar.

Aunque la pena capital sigue vigente en el Código Penal turco, no se aplica de hecho desde 1984 y las condenas suelen ser conmutadas por prisión a perpetuidad (un máximo, de 36 años). El juez Karadeniz adoptó inmediatamente esta decisión con cinco de los reos, en atención a su edad eran menores de 18 años cuando se produjeron los hechos- o su estado mental. Otros 27 acusados han sido condenados a siete años de prisión, y 18 más, de un total de 98 procesados, a penas que oscilan entre los dos y los cinco años.

En el primer juicio contra los acusados de la matanza de Sivas, celebrado en 1994, las condenas fueron más leves: 27 penas de 15 años de cárcel, otras 60 de tres años y 37 absoluciones, al calificarse los hechos de homicidio múltiple. El Tribunal Supremo, sin embargo, anuló dos años después el primer proceso al considerar que en Sivas se produjo "una sublevación integrista". Este ha sido también el criterio seguido por los jueces del Tribunal de Seguridad del Estado al condenar la "tentativa para alterar por la fuerza el orden constitucional".

La matanza de Sivas sigue siendo, cuatro años después, el peor atentado integrista cometido en la reciente historia de Turquía. Miles de personas, encabezadas por extremistas islámicos del rito suní (mayoritario entre los turcos), prendió fuego al hotel Madimak de Sivas. El detonante de la reacción integrista fueron las declaraciones del escritor satírico y editorialista de izquierdas Aziz Nesin, que tenía entonces 78 años, al tildar al Corán de plagio.

"Versículos satánicos"

Nesin asistía en Sivas a los actos de cuarto centenario de la muerte del poeta alevi Pir Sultan Abdal. Los alevies -con más de 10 millones se seguidores en Turquía- forman una comunidad musulmana cuyos ritos hunden sus raíces en el culto a Zoroastro, y que se caracteriza por practicar su religión sin clérigos y fuera de las mezquitas, así como por la tolerancia de sus miembros.Aziz Nesin, traductor al turco de Versículos Satánicos, de Salman Rushdie, logró salvarse de las llamas, aunque murieron 37 de los participantes en el homenaje al poeta alevie y otros 60 resultaron heridos. Uno de los defensores de los acusados en, el primer juicio, Sevket Kazan, llegó a ser ministro de Justicia en el Gobierno de Necmettin Erbakan, hasta que, el pasado mes de junio, éste se vio obligado a dimitir ante las presiones del Ejército contra su política de islamización de la sociedad.Los condenados escucharon ayer con frialdad el fallo del Tribunal de Seguridad del Estado. "Ha sido un juicio político. Soy inocente y debo ser absuelto", había declarado uno de los procesados antes de conocer la sentencia. Esa misma fue la reacción posterior de los líderes del Partido del Bienestar, que criticaron el carácter "político" del fallo. "Es una decisión muy grave. Y ha sido tomada bajo presiones políticas", aseguró Sevket Kazan, actual vicepresidente del Refah.

Mientras tanto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos abría ayer en una nueva brecha en otro frente de conflicto en Turquía al condenar al Gobierno de Ankara por su política de tierra quemada en el Kurdistán. Los jueces de Estrasburgo reconocieron el derecho a conservar sus viviendas a tres mujeres kurdas que fueron expulsadas de su aldea por el Ejército turco, que quemó después sus casas tras acusarlas de dar apoyo a la guerrilla separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Organizaciones turcas para la defensa de los derechos humanos han denunciado que desde 1983 las fuerzas de seguridad del Estado han incendiado y arrasado más de 2.000 aldeas en el sureste de Anatolia.

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