Judíos, cristianos y musulmanes instan en Alcalá a apoyar el diálogo
Miguel Ángel Moratinos pide un debate en cada confesión
Judaísmo, cristianismo e islam, religiones monoteístas, arrastran un pesado monotema: sus virulentas relaciones en Oriente Medio y en el Mediterráneo. La Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) clausura hoy el 111 Encuentro Interreligioso Del conflicto al diálogo -financiado por la Unión Europea-, que reúne desde el pasado lunes un plantel de políticos, intelectuales y personalidades religiosas -todos ellos convencidos de la necesidad de tolerancia- que debaten sobre una realidad intolerante.
Nombres ilustres no faltan. En el comité de honor, Jacques Santer, presidente de la Comisión Europea; los mandatarios israelí y palestino, Benjamin Netanyahu y Yasir Arafat; el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza; el presidente del Gobierno español, José María Aznarl; el rector magnífico de Alcalá, Manuel Gala; y el cardenal FRancis Arinze, responsable pontificio para el Diálogo lnterreligioso. El comité organizador, presidido por el embajador español Jesus Riosalido. Y participantes de relieve. Pero la dura realidad insiste en ser terca y la esperanza es una llama demasiado trémula."Los líderes religiosos tienen que asumir su, responsabilidad", dice Miguel Ángel Moratinos, embajador de la UE para el Proceso de Paz en Oriente Medio. "No se trata sólo de que se abran a las otras religiones, sino sobre todo de que sean capaces de abrir un debate en su propia comunidad. Hay que crear en las sociedades civiles sectores favorables a la paz y al diálogo. El reciente atentado de Egipto demuestra que el problema trasciende el estricto Oriente Medio y abarca toda la cuenca mediterránea. Sería inaceptable que entráramos en el nuevo siglo sin resolver esta situación".
Entre los escépticos, el editor de cultura judía y trayectoria universalista Mario Muchnik: "Al sur del Mediterráneo, tanto en Israel como en el mundo árabe, yo no veo más que partidismo. El ecumenismo no lo veo por ningún lado. Sólo personas aisladas".
"El miedo a encontrar soluciones impide a judíos y musulmanes la compasión y la comprensión, les impide arrepentirse y perdonar", señala Tashsin Bashir, embajador de Egipto. "No podemos seguir basándonos en la historia del holocausto o del colonialismo. Rectificar los hechos de hoy sólo se puede hacer creando nuevos hechos que destierren el dolor y la demonización".
María Rosario Falco, de la Universidad del Mediterráneo, instó a profundizar en programas como el Medcampus, financiado por la UE, para incrementar los contactos de intelectuales de los países afectados. "El objetivo es la permanente formación de formadores", dice Falco. "La UE debe mantener la prioridad política del diálogo a título moral y financiero, porque las declaraciones bien intencionadas de los intelectuales flotan sin ancla en un mar de incertidumbres".
"Tenemos que buscar el equilibrio entre racionalidad e identidad cultural", dice Bernard Sabella, palestino, profesor de la Universidad de Belén.
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