Los estudiantes

De todos nosotros es sabido que un gran momento para el cotilleo es el de pasar por caja y pagar en un supermercado, y como tema central la conversación entre las cajeras del citado establecimiento.Esta vez, una cajera le decía a su compañera que se le acababa el contrato y que ella lo que quería era seguir estudiando. La otra, sorprendida por los planes ambiciosos de su compañera, le preguntó: "¿Y qué estudias?". Siendo la respuesta: "Psicología".

Y todo esto pasando por el lector de códigos de barras los precios de mis tomates, la carne, detergente, etcétera. La conversación prosiguió entre ellas: "¿Y qué curso haces?". Entonces la fila enmudeció con la respuesta: "Bueno, ahora estoy en primero, segundo y tercero".

Yo pensé, al igual que muchos de la fila, que nos encontrábamos delante de un genio estudiantil que hacía tres cursos por año. Más aún cuando se está compartiendo estudios y trabajo. Entonces, esta estudiante merece más que una muy valiosísima consideración.

Si el lector piensa que no es así, sino que es un caso de arrastre de asignaturas sin importar los recursos de tiempo y energía consumida, típico de una gran mayoría de estudiantes, entonces reivindico un ¡basta ya!, al engaño de los estudiantes a los padres y a la entera sociedad.Esto no es estudiar ni nada- . .