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Bautizo senatorial fuera de las urnas

Juan Jesús Aznárez

La trabajosa democracia chilena sufrirá en marzo otro bochorno: asumen Augusto Pinochet y los nueve senadores designados corporativamente, sin pasar por las urnas. Cuatro procederán de las Fuerzas Armadas y del cuerpo de Carabineros. Sus votos pueden ser decisivos. De entrada, no les gusta el proyecto de ley sobre el divorcio.

"En el Senado vamos a tener a un líder militar de la derecha acompañado por personas que sin transición alguna pasarán de las comandancias en jefe de sus armas a un asiento de senador, pero al mismo tiempo dejarán instalados como generales y almirantes a su propio equipo de trabajo", anticipa el escenario Alejandro FoxIey, ex presidente de la Democracia Cristiana, candidato a senador en las legislativas del próximo 11 de diciembre. "¿Qué ocurrirá cuando un parlamentario haga un planteamiento durísimo a un almirante o a un general?". Él mismo responde: "La tentación del general o del almirante de tomar el teléfono para compartir su frustración con personas en servicio activo que están mandando en las Fuerzas Armadas es muy grande". La estafa castrense no es poca cosa: los tres millones y medio de electores de Santiago nombrarán a cuatro senadores, el mismo número que se reservan los cuarteles.

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