El director de Cofrentes niega la existencia de un sabotaje

El director de la central nuclear de Cofrentes (Valencia), Mariano Gómez, negó ayer ante la Comisión de Seguridad Nuclear de las Cortes Valencianas que la planta que dirige sufriera en junio pasado un sabotaje. Y achacó toda la responsabilidad sobre los defectos detectados en el combustible nuclear a la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA).

El jefe de Cofrentes comparecía a petición del Parlamento autónomo para explicar las numerosas paradas, totales o parciales, que ha sufrido la central a lo largo de 1997 así como para dar cuenta de una irregularidad descrita por EL PAÍS el pasado 11 de octubre: el intento de sabotaje en seis de las 192 varillas contenedoras de uranio enriquecido procedentes de la factoría de ENUSA en Juzbado (Salamanca), corno consecuencia del cual fue despedido un trabajador.

Al no haberse introducido el combustible defectuoso en el reactor de Cofrentes, Gómez negó que hubiera un intento de sabotaje contra la central. Y tranquilizó a los diputados: "Si se hubiera cargado el combustible sólo habría habido un problema económico". Así, explicó que nada más verificarse el defecto, en una de las varillas, consistente en una perforación, se devolvieron, a Juzbado las 24 varillas del envío afectado.

ENUSA detectó defectos en otra de las varillas, por lo que desde Cofrentes se remitieron los otro cuatro envíos. Una vez analizado todo el combustible nuclear, sólo seis de las varillas resultaron anómalas.

Finalmente, remitió a los diputados a que demandasen información a ENUSA.