Empleo: buenas intenciones

Presionados por Francia, pero también deseosos de conseguir algún resultado dado que el mal es grave en todo el continente, los Gobiernos europeos parecen decididos a hacer "cualquier cosa" para combatir juntos la plaga de este fin de siglo. Tanto mejor. Se van a comparar las experiencias, buscar en el gran libro de recetas europeas, (...) definir los objetivos comunes, desbloquear algunos créditos, reflexionar sobre tal o cual orientación legislativa. Unos hablarán primero de flexibilidad, adaptación del mercado de trabajo; otros pondrán de relieve las micropolíticas de tal o cual región europea; (...) otros incluso, en la línea de Delors, pedirán una acción más vigorosa de inversión. (...) El fastidio es que, sin duda, no se planteará la cuestión de la política económica general. La influencia de la lógica monetarista es tal que se ha llegado incluso a no abordar esta cuestión. Los Estados pueden hacer lo que quieran, dicen, menos jugar con dos palancas esenciales: el presupuesto (...) y la moneda (...). Como si se estuviera seguro de que el gasto público no tiene ninguna influencia sobre el empleo; como si la moneda se hubiera convertido en un hecho de naturaleza, irresistible por definición, sobre la cual la voluntad de los hombres no tuviera influencia. (...) Pero plantear la cuestión sería poner en entredicho lo que se ha hecho desde hace diez años. Entonces, silencio...

20 de noviembre