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Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Testosterona

Diego A. Manrique

Popular en Israel por sus incandescentes adaptaciones de Joan Manuel Serrat, Manzanita o Paco Ibáñez, David Broza ha vuelto a España para promocionar su más reciente trabajo, Time of trains, resultado de sus viajes por Estados Unidos. Pero los discos no preparan al curioso para lo que le espera cuando Broza, escarbando en el español que aprendió en la adolescencia, sale al escenario con su guitarra.Desde el primer instante, Broza se comporta como un motor turbo: sus venas parecen a punto de estallar, sus cuerdas suenan a guadaña, la voz se eleva al cielo. En la recreación en directo de las nuevas canciones en inglés, Broza abandona los modosos modismos de James Taylor para aproximarse a los inflamados delirios vocales de Tim, Buckley o John Martyn. No, esas ilustres referencias no sirven: el israelí arde con llama. más intensa a la vez que maltrata su guitarra y el sistema de amplificación.

David Broza

David Broza. Café del Foro. Madrid, 19 de noviembre.

Los hachazos de sus dedos hacen que broten fraseos flamencos, aires rumberos, que son anegados por la urgencia de traducir un volcán de sentimientos. Al final de su bis, la. guitarra se escapa de sus manos y se rompe contra el suelo. Consternación: es un modelo del luthier madrileño Contreras. Una visita que no puede pasar inadvertida: su arte es titánico, telúrico, tumbador. Eso sí, la Sociedad Protectora de Guitarras debería tomar. cartas en el asunto: lo que hizo con la Contreras fue puro sadismo.

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