Górmez de Liaño deja al capitan Del Hoyo en libertad bajo fianza de cinco millones

El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño notificó ayer un auto en el que decreta la libertad provisional, con una fianza de cinco millones de pesetas, para el capitán jubilado de la Guardia Civil Fidel del Hoyo Cepeda, supuestamente relacionado con el secuestro, torturas y asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala en 1983.El magistrado da un plazo de 72 horas para el pago de la fianza e impone al capitán Del Hoyo la obligación de acudir cada semana al juzgado que se encuentre más próximo a su domicilio, en Valencia. Además, le prohíbe salir del territorio nacional sin previa autorización judicial.

El fiscal sólo había pedido como medidas cautelares a Fidel del Hoyo su presentación quincenal en el juzgado así como la prohibición de salir de España sin autorización judicial. La acusación popular, que representa a la Asociación contra la Tortura y al Ayuntamiento de Tolosa, había reclamado que se impusiese a Del Hoyo una fianza de 15 millones de pesetas.

Gómez de Liaño señala en el auto que en los datos disponibles hasta este momento "aparecen motivos bastantes para pensar con fundamento racional que el entonces teniente Del Hoyo tuvo relación con los hechos investigados", ya que "aparece acreditado, por lo menos, que fue él quien avisó a Bayo y Dorado de que había unos detenidos en el palacio de La Cumbre y que les condujo hasta este recinto".

Gómez de Liaño señala que con los "elementos surgidos de recientes investigaciones sumariales, parece razonable fijar una fianza para asegurar, al menos relativamente, que el imputado estará a disposición judicial permanentemente".

Del Hoyo se negó ayer a declarar acogiéndose a su derecho constitucional a guardar silencio, mientras que sí declaró el ex guardia civil Felipe Bayo, que ratificó los datos aportados al juzgado desde el pasado 12 de agosto. Bayo reiteró que del Hoyo les llamó a su compañero Enrique Dorado y a él para que fueran a interrogar a unos detenidos en el Palacio de la Cumbre de San Sebastián y que Del Hoyo les condujo hasta el recinto.