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"Felipe" y "Mario", espías sin identidad

El Servicio de Espionaje Federal de Rusia (SFER) no excluye que en un futuro próximo pueda revelar la identidad de Felipe y Mario.

Por el momento, gracias a la entrevista organizada por el SFER entre Vorobiov y este corresponsal, podemos saber que después del atentado en México ambos continuaron trabajando en la red de espionaje soviético. Mario no regresó a la URSS. En México tuvo, como mínimo, un hijo; después trabajó en otro u otros países de América Latina, donde se volvió a casar y tuvo varios hijos. Se sabe que después de muchos años tomó contacto con su primer hijo e incluso viajó a visitarlo a México; aparentemente, éste también fue después a visitar a su padre al país donde trabajaba. Murió en América Latina.

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Felipe continuó su vida de agente soviético en diversos países, y regresó a la URSS a fines de los años cincuenta, con su esposa, "una extranjera" (no es ni española ni rusa), y su hija. El Kremlin lo distinguió con altas condecoraciones. Murió en Moscú a fines de los ochenta.

En cuanto a Mercader, puesto en libertad en México en 1960, regresó a la Unión Soviética, donde se le condecoró con la máxima distinción: Héroe de la URSS. En el decreto correspondiente que le concedía tal distinción -firmado el 31 de mayo de 1960, pero no publicado- figura como Ramón Ivánovich López, nombre que se podía leer hasta hace poco en su tumba en el cementerio de Kúntsevo, ya que sus restos, de acuerdo con su deseo, fueron traídos a Moscú desde Cuba, lugar éste donde pasó los últimos años de su vida.

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