La vida parece un mercado de futuros
"La vida empieza a parecerse a un mercado de futuros. Una especie de reflexión continua sobre el riesgo, sobrepuesto al riesgo, sobrepuesto al riesgo". Esta sensacional metáfora pertenece a Anthony Giddens, nuevo director de la London School of Economics (LSE), considerado el cerebro Intelectual del nuevo laborismo británico y de su líder, Tony Blair. La analogía entre la vida y los mercados de futuros -aquellos en los que se formalizan los contratos para el suministro de mercancías o activos financieros en una fecha futura, determinada de modo previo- pertenece a un diálogo entre Giddens y George Soros, el financiero de origen húngaro, publicado originalmente en The New Statesman y reproducido el pasado lunes en el diario Cinco Días.
Pocas fechas antes (5 de noviembre), Andy Robinson entrevistaba en el mismo periódico a Giddens, catedrático de Sociología de la Universidad de Cambridge, al que alguien ha calificado como "el filósofo social más importante de nuestros tiempos". Viejo conocido de los lectores españoles (está anunciada la aparición, este mismo mes, de un nuevo libro suyo en nuestro país: Política, sociología y teoría social. Reflexiones sobre el pensamiento social clásico y contemporáneo. Editorial Paidos), el director de la LSE -meca de empresarios blairistas y de la jet set británica de izquierdas, según se ha escrito- afirma: "La pobreza y la desigualdad son los problemas más inquietantes de nuestros tiempos y hay un conjunto de hechos estructurales que los agravan... No sé si existe un programa coherente para un partido [el Laborista] que trata de conservar los valores de izquierdas adaptados a una economía globalizada. No hay modelo. La socialdemocracia logró combatir los aspectos más corrosivos del mercado. Pero ya no es algo a lo que podamos aspirar. El neoliberalismo no creaba las instituciones ni generaba el apoyo para crear la seguridad. O sea, ésta es una aventura. Un nuevo equilibrio entre el riesgo y la seguridad".La obra de Giddens ha ayudado a definir el contexto teórico de muchas de las reformas que se debaten en el Reino Unido. Por su parte, George Soros (antiguo alumno de la LSE y discípulo de Karl Popper) logró sacar -especulando- a la moneda británica del Sistema Monetario Europeo en 1992. Resulta muy interesante conocer la dialéctica entre ambos, máxime cuando el ideólogo de Blair plantea a Soros los límites, tanto políticos como económicos, de los mercados por los que navega habitualmente. El financiero no defrauda y profundiza en sus tesis: hay que ampliar las fronteras para obtener cierta disciplina, ciertos valores, para poder guiarse en un mundo potencialmente caótico. La sociedad abierta es muy precaria y se ve amenazada desde las dos orillas: la amenaza de la imposición de los dogmas y los fundamentalismos, y el caos. Soros teme que el punto de vista mayoritario en estos momentos -ampliar los mecanismos de mercado en todos los ámbitos de la vida- tenga el potencial de destruir la sociedad. "Existe la idea errónea de que los mercados libres tienden hacia el equilibrio. Afortunadamente, pocos se lo creen en la práctica". Entiende que éstos sólo han sobrevivido "gracias a las intervenciones; las autoridades han acudido en momentos de crisis para sacar las castañas... Hasta la fecha, la teoría neoliberal sigue dominante. Esperemos que se identifiquen las fallos del liberalismo antes de que provoque un colapso".
La discusión entre Giddens y Soros tiene plena vigencia en una coyuntura de alta volatilidad de los mercados. Pero ambos muestran en la misma la necesidad de trascender la economía y encontrar el espacio político desde el que se pueda generar el apoyo para tomar la iniciativa ante el reto de nuestro tiempo: proporcionar la seguridad y la cohesión social a una sociedad globalizada, sin fronteras y con niveles crecientes de rieseo.
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