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Reportaje:EXCURSIONES: EL FERROCARRIL DEL TAJUÑA

Por una dulce vía muerta

Un paseo entre Ambite y Orusco, siguiendo las huellas de un tren que transportaba remolacha y azúcar

El progreso e s un tren que avanza a toda máquina por el convulso mapa de la historia, ponteando escrúpulos, orillando sentimientos, horadando montañas de tradiciones; y los pueblos que no se atreven o no aciertan a subirse al estribo sobre la marcha, se quedan aparcados en una vía muerta y se mueren de asco. Ambite es uno de ellos.Ambite es un bonito. pueblo de la vega del Tajuña, el primero según entra el río en Madrid, que ha cometido el error histórico de consagrarse a la agricultura, despreciando homéricamente la industria y el turismo. Tiene una encina milenaria, un palacio del siglo XVII -el del marqués de Legarda-, una iglesia del XVIII y alguna casa blasonada, pero todas estas antigüedades cogen bastante de refilón al turista de ciudad, que si sale de gira es para zampar. Tal vez por eso, las guías porfían, copiando de anteriores guías, que las judías de Ambite se parangonan con las de Barco de Ávila, aunque lo cierto es que las huertas de Ambite no producen nada desde hace varios lustros. Los jóvenes se marcharon a la capital" los menos jóvenes trabajan en Arganda y los ancianos, sin fuerzas ya para cultivar los campos, rumian su desesperanza en los bares de su pueblo estéril como sombras en la cantina de una estación abandonada.

El del progreso no es el primer tren que pierde Ambite. Hace medio siglo, el ferrocarril del Tajuña también dijo adiós a esta vega virgiliana. Con él se fueron al recuerdo aquellas pasajeras del estraperlo que hacían aquí acopio de aceite, alubias y garbanzos bajo las faldas, fingiendo de vuelta a Madrid una preñez que enternecía a los guardias civiles; y aquellas tardes de septiembre en que los mozos del lugar subían a las corridas de la vecina Mondéjar (Guadalajara) y aprovechaban los repechos en que la locomotora agonizaba para merendarse unas uvas en los viñedos circundantes.

Inaugurado en 1901, este ferrocarril de vía estrecha había sido concebido para acarrear diversos materiales de conStrucción -pedernal de Vicálvaro, yeso de Vaciamadrid, guijo y cal de Arganda- hasta la estación del Niño Jesús, junto al Retiro. Desde Arganda, su trazado se alargó luego hasta Morata y, desde allí, a través de sendos ramales, hasta Colmenar de Oreja (vía Chinchón) y hasta el pueblo alcarreño de Alocén (por la vega del Tajuña), cuya estación yace hoy bajo las aguas de Entrepeñas, a 143 kilómetros de Madrid. El Rompecabezas -mote que se ganó por su tortuoso recorrido- aparcó sus coches de viajeros en 1953, y poco a poco la línea se fue muriendo hasta quedar reducida al tramo de 28 kilómetros que aún explota una cementera entre Vicálvaro y las canteras de El Alto (Morata), un tramo que, si hay salud, veremos en el futuro como pasajeros gracias al tendido del Cercanías hasta Arganda.

Un grato paseo de seis kilómetros, a pie o en bici, nos va a permitir desempolvar el dulce rastro que aquel ferrocarril dejó a su paso por la vega del Tajuña. Desde el campo de fútbol de Ambite, junto al que se alza la vieja estación, saldremos siguiendo la vía desmantelada. Río abajo, la plataforma serpentea entre olivares polvorientos, eriales, álamos trémulos, molinos abandonados, yeserías dejadas de la mano de Dios, pasos elevados para peatones fantasmales... Más allá, el trazado se pierde bajo los chalés, las naves industriales y demás inmuebles de los arrabales. La Comunidad de Madrid prometió hace años convertir esta línea, hasta Morata, en vía verde, pero está por ver cómo se soluciona el problema de la ocupación de la antigua plataforma para que este nuevo tren, el del turismo ecológico, no pase también de largo por la vega del Tajuña.

Incluso con frío

Dónde. Ambite se halla a 60 kilómetros de Madrid por la carretera de, Valencia (A-3-), desviándose en Perales de Tajuña para tomar la M-204 por Tielmes y Carabaña.Cuándo. Ruta de 12 kilómetros, ida-vuelta, recomendable para finales de otoño o pleno 'invierno a pie o en bicicleta.

Y qué más. Anaya y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles han editado una Guía de Vías Verdes que describe, entre las páginas 152 y 158, éste y otros itinerarios.

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