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Un proceso poco ágil

En el proceso de los cupos pueden surgir escollos. Las ONG y los sindicatos destacan dos, cuya resolución ya han reclamado a los ministerios de Trabajo, Interior y Asuntos Exteriores. Uno de ellos es la lentitud de la tramitación, que hace que a veces el empleo ofertado ya no exista para cuando el inmigrante tiene el permiso. Las asociaciones apuntan a los servicios consulares españoles como principales responsables de esta falta de agilidad para conceder visados.El otro obstáculo tiene que ver con Interior, ya que, a menudo, el inmigrante que quiere regularizar su situación con los cupos tiene pendiente una orden de expulsión del país precisamente por su situación ilegal. Las ONG y los sindicatos han reclamado a Interior que anule esas expulsiones cuando de lo único que se acusa al inmigrante es de estancia ¡legal. Pero la respuesta es negativa.

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El sistema de los cupos es el siguiente: el inmigrante debe tener una oferta firme de empleo, y con ella acude al Ministerio de Trabajo. Si éste da el visto bueno y el Ministerio de Interior no tiene contra él ninguna orden de expulsión, entonces debe viajar a su país para recoger el visado que le permita entrar de nuevo en España de forma legal y recoger su permiso.

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