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"Me interesa buscar lo extraordinario dentro de lo cotidiano"

Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) ha querido rendir homenaje a Dickens en su nueva novela, El pequeño heredero (Lumen), ambientada en un pueblo de Castilla y con la relación de una muchacha y un niño como eje. En el libro hay también ecos de Delibes -escritor impregnado del paisaje de Castilla-, y ese lirismo y esa sombra del mal que acechan a los personajes de Martín Garzo, escritor que en 1994 recibió el Premio Nacional de Literatura por El lenguaje de las fuentes. "Me considero realista", señala el escritor, "pero me interesa buscar lo extraordinario dentro de lo cotidiano"."El título de El pequeño heredero se refiere al legado que una muchacha de 17 años traspasa a un niño de 6 al elegirlo como confidente", explica Martín Garzo. "El niño va a tener que cargar con algo inevitable a partir de este momento".

La fuerte relación que se establece entre los dos personajes la ve Martín Garzo como algo muy literario, ya que a partir de este momento la vida del niño quedará condicionada. "La literatura es un poco esto", reflexiona; "el lugar de lo irreparable. Sucede algo que marca a un personaje y a partir de aquí se abre un mundo literario".

En El pequeño heredero, el autor muestra, una vez más, su excelente estilo, adaptado en este caso a la descripción de un ambiente rural en Castilla, el pueblo donde el escritor pasaba los veranos de la infancia. Es una novela coral, con la sombra del mal siempre al acecho y con numerosos personajes que parecen seguir la línea marcada por Madame de Chatelet en la cita que encabeza el libro: "No puedo creer que haya nacido para ser desgraciada".

Martín Garzo se mueve, de nuevo, en un terreno en el que se siente muy a gusto: el de la cotidianidad teñida con un plus de sueños. "Creo que sólo se puede expresar el misterio de la existencia humana empezando a contar las historias donde el realismo naturalista termina", opina. "Es preciso hablar más de lo que no comprendemos que de lo que comprendemos".

"Yo trato de hacer realismo", añade el escritor, "pero es muy complicado explicar lo que es la realidad, aunque para mí es mucho más amplia de lo que sucede en el mundo cotidiano. También forman parte de ella el mundo de los sueños y ese lado oscuro, impreciso, vago... Uno siente de algún modo que la clave de nuestra vida está allí".

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