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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Limpio futuro

Ismael Serrano va lanzado. Su álbum Atrapados en azul ha conseguido situar al joven cantante y compositor entre las novedades más interesantes de la temporada. El jueves dio por primera vez el salto a un gran escenario. Y lo hizo con mucha dignidad. No es fácil pasar directamente de los pequeños cafés al Palacio de Congresos, que registró un lleno ejemplar.Abrió fuego él solo con su guitarra y una canción cuajada de melancolía, Qué va a ser de mí. Desde ese preciso instante, se ganó al respetable, con abrumadora mayoría de universitarios bien aseados y de mirada limpia, como la propia música de Serrano. No dudó un instante en confesarse cantautor, aunque ese nombre va quedando ya en desuso. Mucha gente prefiere hablar, simplemente, de artistas, músicos. Se le notan influencias de Serrat, de Aute, de Silvio Rodríguez. Pero él tiene una acusada personalidad a la hora de componer e interpretar. Los maestros son referencias que él sugiere con respeto, con cariño.

Ismael Serrano

Ismael Serrano (voz y guitarra), FredyMarugán (guitarra), Javier Quiler (bajo eléctrico), Fran Rubio (teclados),Sebastián Rubio (batería y percusión). Artistas invitados: Javier Bergia, Clara Serrano, Antonio Toledo, Pedro Guerra, Antonio de Pinto y Luis Eduardo Aute. Palacio de Congresos. Madrid, 30 de octubre.

Al lado de canciones netamente reivindicativas y críticas, pero no amargas (Papá, cuéntame otra vez; Atrapados en azul; México insurgente) se recrea con temas de amor donde el previsible despecho se transforma en ternura, en una vaga tristeza que encandila a las mujeres. De hecho, no dejaron de piropearle, en especial una tal Laurita, que permaneció en éxtasis durante todo el concierto.

También hay humor, un humor verde oliva, por ejemplo, en Yo quiero ser muy promiscuo, donde canta: "Yo quiero ser muy promiscuo / y revolverme en el lodo / del pecado original; / porque estoy un poco harto / del pecadillo de Onán". Tamaño manifiesto, en boca de Serrano, no implica incitación al libertinaje, sino a- la liberación: hay que conocer gente y compartir con ella sin complejos los placeres del cuerpo y del alma.

Todos los artistas invitados fueron vitoreados por el público. Y los músicos estuvieron a la altura de las circunstancias. El artista se movió por el escenario de forma irregular. Se notaban los nervios y la responsabilidad. Serrano, entre canción y canción, se siente algo inseguro, cosa que intenta paliar con frases ingeniosas, lúcidas, preñadas de complicidades de variada lectura. Si Ismael Serrano se deja dirigir escénicamente, puede que estemos ante un artista de amplia proyección, tanto para los ambientes intelectuales como para el gran público. Hay un limpio futuro por delante.

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