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Varios niños fueron 'liberados' tras grabarse escenas sádicas en dos hospitales

Isabel Ferrer

Un informe pediátrico desveló ayer en el Reino Unido los abusos infantiles perpetrados por los propios padres contra sus hijos de entre dos meses y cuatro años, mientras éstos eran atendidos en el hospital de agresiones anteriores presentadas como accidentes. Dichos ataques incluyen asfixia, envenenamiento o golpes con resultado de rotura de miembros, y fueron descubiertos gracias a las cámaras ocultas de vídeo instaladas en las habitaciones de los pequeños. En todos los casos, los servicios sociales conocían a las familias y sospechaban de los adultos.

Las imágenes, que fueron captadas entre 1986 y 1994, se han traducido en 33 querellas criminales. Los 39 menores maltratados fueron instalados en hogares de acogida. Los médicos creen por otra parte que doce muertes de niños, ocurridas en el pasado, pudieran atribuirse a sus progenitores. Los sectores críticos han señalado que la intrusión de la cámara puede constituir una violación de la intimidad de los afectados.El responsable del servicio de vigilancia, David Southall - pediatra británico experto en la muerte súbita de los bebés [fallecimientos en la cuna de los que aún no se ha encontrado una explicación científica convincente]- ha pedido mayor protección para los hijos de padres que sufren graves problemas psíquicos o de relación con sus descendientes directos.

"Relación distorsionada"

Aunque la mayoría de los padres filmados padecía el síndrome de Munchausen (el adulto daña al pequeño para llamar la atención), dicho diagnóstico no es siempre adecuado, según el especialista. "Hemos obtenido el perfil del padre o la madre que mantiene una relación distorsionada con sus hijos. Estos niños no reciben la misma protección que los que viven en condiciones socioeconómicas de riesgo o en zonas consideradas peligrosas", dijo ayer Southall en la presentación del trabajo de investigación.Entre las peticiones del pediatra, destaca ampliar la provisión de cámaras para efectuar seguimientos como el suyo en todos los hospitales: "Pero sólo cuando la situación lo requiera. No todas las familias son peligrosas, ni mucho menos.

Las imágenes -captadas en los hospitales Royal Brompton de Londres y Northstaffordshire, en Stoke-orí-Trent, al norte de Inglaterra- no han sido mostradas al público. Las leyes británicas lo prohíben para proteger la identidad de los menores agredidos.

Lo que sí ha ofrecido la televisión son escenas de un vídeo similar filmado en Estados Unidos: sobre la imagen de una madre tratando de ahogar con una sábana a su bebé, un narrador británico relata el caso equivalente estudiado por los médicos londinenses. "Primero pegó a su niño de 18 meses. Luego, cuando lloraba llamándola, lo acunó para calmarle. Tras una pausa, trató de asfixiarlo durante ocho segundos con una almohada. Como en el caso estadounidense, la enfermera entró antes de que lo lograra", concluye la voz.

El equipo de Southall anotó en el Reino Unido 30 intentos de ahogo, dos de envenenamiento y una rotura de brazo, todo ello durante la estancia en la clínica de los pequeños. Una madre intentó introducir un cepillo de dientes en la garganta de su hijo antes de querer darle una solución salina. Otros utilizaron desinfectante. Estos hallazgos serán publicados la próxima semana en la revista científica Pediatrics, órgano de la Academia Americana de Pediatras. Sus conclusiones pueden repercutir en la forma misma de prevenir el abuso infantil, puesto que hasta la fecha todas las instancias británicas involucradas, ya sean estatales o locales, fomentan la colaboración con los padres.

"Derechos del niño"

"Estos abusos, derivados de un problema psíquico del adulto, escapan al enfoque que inspiró la Ley del Menor en 1989. Son una minoría, pero padres así pueden llegar al sadismo si el pequeño es dejado a su cargo", asegura el informe recién presentado. Según los autores, la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño obliga a todos los Estados miembros a protegerles. En este caso, debería evitarse que unos progenitores con disturbios de personalidad dañen a sus hijos.Los psiquiatras de la universidad de Keele, sin embargo, creen que el menor así filmado está expuesto aún a mayores riesgos. Para ellos, violar la intimidad del adulto puede traducirse en peores abusos futuros. Otras voces críticas apuntan que, si los padres son condenados, sus peticiones de apelación pueden verse denegadas para siempre. Incluso si el problema psíquico ha sido resuelto.

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