LOMOFOTOS
Más de un centenar de seguidores de la lomografía, una nueva cultura de la percepción a través de la fotografía que tiene como base la utilización de la misma cámara, la rusa Lomo Compact, bombardearon ayer con decenas de disparos al fotógrafo minutero Angel Román, que permanecía unido a su inseparable cámara de principios de siglo, mientras daba la bienvenida a este grupo, que llegó en un tren antiguo cedido por Renfe. Provenientes de diferentes países europeos, estos lomógrafos asisten en Madrid al primer congreso internacional organizado por la Sociedad Lomográfica Viena, donde estudian la posible contribución de la lomografía a superar las fronteras políticas y culturales por medio de un sistema de intercambio mundial de imágenes, exposiciones, publicaciones o Internet. Para Pascuale Caprile, uno de los organizadores, se trata de un estilo experimental en el arte fotográfico a base de tomar la mayor cantidad posible de imágenes en las situaciones más inverosímiles y desde las posiciones más inauditas, para después revelarlas con los costes más bajos posibles. El resultado se puede comprobar desde anoche en la estación de Atocha de Madrid, donde inauguraron una exposición con un panel de 106 metros de largo por dos de alto, compuesto por más de 60.000 fotografías, que llaman la atención del espectador por su fuerza expresiva y colorido. Durante su estancia en Segovia, los lomógrafos siguieron con su técnica, realizando una gran avalancha de instantáneas variopintas, extravagantes, inusuales y, a menudo, brillantes.-
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