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Tribuna:VISTO / OÍDO
Tribuna
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Invertebrados

La restauración de las humanidades en la reforma de la enseñanza secundaria es apenas un retoque: no sirve. Lázaro Carreter, director de la Academia, dice que "no se da a la enseñanza de la lengua el relieve que debe tener como vertebradora de las personas". Y es que no se quiere vertebrar a las personas. Esta vez no es la "España invertebrada" de Ortega, sino el español invertebrado. Se busca al hombre tecnológico y es un error creer en que puede existir sin una formación humana: la misma palabra, humanidad, explica por qué. Puede hacerse un robot: la clonación de la mente. Peor que la clonación genética."Más deporte y menos latín", decía un ministro de Franco: arrasaba la persona. El latín no es sólo una lengua muerta, sino muchas cosas más: el ministro aquel -Solís- quería representar con él las humanidades, a no ser las prefabricadas por el régimen. Eso era la "formación nacionalsindicalista". La mente es sana si está en un cuerpo sano: es dudoso que el deporte sea un medio para mantener un cuerpo sano. Hace falta una sabiduría: "La sabiduría del cuerpo", era una idea que estuvo de moda en Europa hace unos años, antes del miedo al humanismo vertebrador. Era una manera de decir que el cuerpo pensaba también en sí mismo, a partir de la idea de que parte de lo que le sucede es fruto del pensamiento. El pensamiento tecnológico no es el pensamiento, sino una parte de él. Einstein era un humanista, los grandes físicos de nuestro tiempo han sido o son humanistas; también puede suceder lo contrario. Desde Freud ya no se puede pensar de otra manera, sin siquiera necesidad de creer definitivamente en él: creer en algo definitivamente no es freudiano. No hay necesidad de creer totalmente en nada. Se está trabajando en el mundo occidental la idea de creer absolutamente en la democracia, se está buscando el "pensamiento único" como si no fuera antidemócrata: habría que propugnar la existencia de tantos pensamientos como individuos, y habría que enseñarles a pensar en lugar de a unificarse tontamente. Aquí hay síntomas graves: el culto a la "noticia única" no cesa, y sobre ella se edifican personajes, santos; se desplazan las ideas que no son edificantes, se trabaja sobre una sociedad obediente, disciplinada, conforme. No hay sociedad libre sin individuos libres: estoy hablando en el término abstracto de la libertad. En veinte anos España ha recorrido velozmente lo que otros países tardaron siglos, y ha llegado pronto al mal resultado.

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