Los GAL disponían en Estella de un piso donde guardaban armamento y dinero
El levantamiento, del secreto del sumario que pesaba desde hacía dos años sobre la investigación del atentado frustrado que sufrió en 1984 la propietaria de un restaurante de lujo de Pamplona, Manoli Arza, ha permitido conocer la existencia en la localidad navarra de Estella de un piso donde los GAL, presuntos autores de aquel atentado, escondían armamento, abundante documentación sobre etarras residentes en el sur de Francia, cocaína con la que se pagaban acciones anti ETA y dinero en efectivo.
Según el testimonio aportado por tres personas al Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona, que reabrió el llamado caso Hartza en 1995, el propietario de la citada vivienda de Estella era Luis Gómez Azcona, vecino de esa ciudad, cuyo cadáver fue hallado en el maletero de su propio coche en el municipio alavés de Trocóniz el día 17 de agosto de 1984, presuntamente asesinado en un oscuro ajuste de cuentas relacionado con la contratación de mercenarios en Francia. El cuerpo presentaba un tiro en la nuca.
Según informó ayer Diario de Navarra, un amigo de Gómez Azcona ha declarado que acompañó a dos guardias civiles de la comandancia de Logroño, conocidos como Julio y Hermidas, a casa del asesinado para abrir los zulos donde escondía todo el material. De acuerdo con la declaración prestada ante el juez, ambos guardias se llevaron todas las armas y los documentos, si bien en las declaraciones oficiales éstos afirmaron que la casa se encontraba vacía.
Otro testimonio aportado al juez es el de un toxicómano de Pamplona de 48 años de edad, relacionado con Gómez Azcona. Éste ha declarado que ambos realizaron varios viajes a Vitoria y Bilbao en 1983, en donde asistieron a reuniones en las que se les encomendó contratar a mercenarios para atentar contra militantes etarras. "Las operaciones eran dirigidas por Francisco Álvarez, entonces jefe de. policía en Bilbao", recoge el sumario.
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