La eliminación de basuras

( ... ) Las leyes que obligan a reciclar basuras no solamente son una forma errónea de ayudar al medio ambiente, sino que pueden resultar contraproducentes. La imposición de cuotas de reciclaje en un país es una medida arbitraria que ignora las condiciones locales que marcan su coste. En zonas poco pobladas donde los centros de reciclaje son escasos y no faltan vertederos, el coste de reciclar la basura puede triplicar o cuadruplicar al de otras alternativas. Allí donde escasean los vertederos y hay demanda de materiales reciclados, el reciclaje tiene sentido. No hay razón para pensar que distintas zonas deban reciclar lo mismo. ( ... ) Los Gobiernos tienen a mano un recurso mejor que el de marcar objetivos arbitrarios de reciclaje: los precios. No es fácil -pero sí posible- que cada municipio calcule el coste de incinerar, verter o reciclar sus basuras. ( ... ) Las empresas podrían pujar por obtener contratos, aunque se les pediría que ofrecieran también reciclaje. (...) Tendrían que mantener sus costes a la baja y buscar mercados. ( ... ) A medida que reciclar se hiciera más barato, más gente participaría porque el precio del reciclaje refleja el valor de los materiales reciclados, y la superabundancia de basura no duraría mucho. ( ... ) Estamos ante un problema económico, no moral, y el deber político es hacer que los costes reales de la recogida de basuras entren a formar parte de las cuentas de todos. La planificación del poder público no es la respuesta. 18 de octubre