Dos paradojas
¿Por qué se concentran tantos niños de minorías étnicas en tan pocos colegios? Francisco Nieto, director del colegio público Núñez de Arenas-El Pozo, en Vallecas, cree conocer la respuesta. "Cuando, como consecuencia de algún realojo, llega un grupo importante de población marginal", relata por propia experiencia, "hay padres que deciden cambiar a sus hijos. Entonces se generan plazas vacantes, y las comisiones de escolarización aprovechan para enviar a más chavales de estos grupos con dificultades". Es la paradoja de un sistema que pretende no superar el 20% de alumnos de minorías.Hay otra segunda gran paradoja. La Administración se fija como objetivo primordial combatir el absentismo. Pero la persistencia de este problema soluciona, en la práctica, el exceso de alumnado minoritario: mientras sólo acuda un 40% de alumnos gitanos a clase, como ahora sucede, la integración se mantiene en límites aceptables.
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