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Ruiz Gallardón arropa al alcalde en el estreno de la plaza de Oriente

Antonio Jiménez Barca

Una furgoneta blanca estrenó ayer al mediodía el nuevo túnel de la calle de Bailén. La polémica reforma de la plaza de Oriente, obra emblemática del alcalde, José María Alvarez del Manzano (PP), quedó así definitivamente inaugurada.Unas 200 personas, entre las que se contaba el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), acompañaron en el acto al gobierno municipal en pleno. Asistieron constructores, técnicos e incluso el presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz; pero ningún ministro. El alcalde explicó que los viernes son mala fecha para contar con este tipo de cargos porque "hay consejo de ministros".

Tampoco acudió ningún miembro de la oposición municipal. El portavoz socialista en el Ayuntamiento, Juan Barranco, decidió al final quedarse en su despacho debido a que "la obra no está terminada y esa inauguración es mentira".

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El mayor cargo del Ministerio de Fomento que se acercó a la plaza de Oriente ayer fue el director general de Vivienda, Fernando Nasarre. "Estoy convencido", dijo el alcalde, "de que al ministro de Fomento [Rafael Arias Salgado] le habría gustado venir, pero no hay que olvidar que hoy [por ayer] hay consejo de ministros". Alvarez del Manzano no invitó al Rey, según él mismo explicó el jueves, porque "Su Majestad no se mete en cuestiones políticas". Ruiz-Gallardón afirmó que el término de la nueva plaza de Oriente constituye "el principio del fin de las grandes obras de Madrid". "El alcalde puede estar orgulloso", añadió

La reforma comenzó en 1994 y consiste en enterrar el tráfico de la calle de Bailén a su paso por el palacio y dejar la plaza libre para los peatones.

El PSOE envía al Tribunal de Cuentas los 5.500 millones que ha costado la plaza de Oriente

El hecho de no asistir a la inauguración de la reforma de la plaza no constituyó el único acto de protesta del grupo municipal socialista a una obra en la que no cree. Juan Barranco, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, anunció ayer que va a enviar al Tribunal de Cuentas los gastos Finales de los trabajos. A su juicio, existen irregularidades en los números de la obra que justifican esta decisión. "Han existido contratos a dedo y despilfarro de dinero", indicó Barranco.Por ejemplo: según el PSOE, los estudios se llevaron a cabo con contratos adjudicados de forma directa. El partido socialista incide en las ampliaciones de presupuesto. Critican que una obra que en principio iba a valer 3.555 millones acabara costando 5.500. Los expertos socialistas arguyen que muchas de las actuaciones que iban a cubrir esta suma "ya estaban presupuestadas antes". Es decir, para el PSOE ha existido "duplicidad"; o lo que es igual: la misma cosa se ha pagado dos veces.

Entre las actuaciones que a juicio del PSOE han sufrido esta "duplicidad en el presupuesto" se cuenta: "La pavimentación frente a la Puerta del Príncipe del Palacio Real, que ya se incluía en el primer expediente; una galería de servicios entre las calles de la Almudena y la plaza de la Marina Española, y la modificación de la red del gas

Lo que costaron los trabajos arqueológicos, en total 500 millones de pesetas, también es objeto de crítica por parte de los socialistas. El Ayuntamiento ha cargado con el gasto cuando, según el PSOE, en el pliego de condiciones que sirvió de base para que las distintas empresas constructoras optaran a la obra se especificaba que el dinero de las excavaciones corría por cuenta del adjudicatario.

Discurso

El portavoz socialista anunció el envío de los números de la reforma de la plaza al Tribunal de Cuentas horas después de la inauguración.

Ésta empezó alrededor de las 10.30. La banda municipal entretuvo a los curiosos con pasodobles y marchas militares mientras acudían a la flamante plaza los protagonistas. Media docena de chulapos se apostó en la entrada del recinto reservado para las autoridades y saludó a todo el que se ponía cerca. En esto llegó Alberto Ruiz-Gallardón; cinco minutos después, el alcalde. La marcha atacó un nuevo tema. Un par de azafatas vestidas de amarillo indicaba a la gente dónde tenía que ponerse. Y sonó una voz profunda desde un micrófono: "Se va a proceder a la inauguración del túnel y del aparcamiento. Tiene la palabra el concejal de Obras, Enrique Villoria".

Tras las palabras de Villoria, que recordó que por el sitio que ahora ocupaban los asistentes pasaban antes 60.000 coches al día, habló el alcalde. Durante su discurso, Álvarez del Manzano, en un intento conciliador, afirmó que las críticas a la obra habían albergado "dosis de insidia" pero que era tiempo de mirar para adelante".

El regidor añadió que él no quiere ser recordado por ninguna reforma en especial, sino por haber intentado "insuflar en los madrileños el amor a su ciudad". También confesó que ahora ya no sentirá "envidia" de otras ciudades con proyectos arquitectónicos de fuste, "porque Madrid ya cuenta con uno".

Insistió que los restos arqueológicos que dormían debajo de la plaza, sacados a la luz durante las excavaciones y destruidos para dejar espacio al túnel y al aparcamiento, "no tenían valor". "Lo que valía se ha conservado. De eso se ha ocupado la Comunidad de Madrid, que en este aspecto ha estado exigente", apostilló.

Atalaya

Después, la comitiva entera se dirigió al aparcamiento. Allí se encuentra la atalaya árabe del siglo XI rescatada por los arqueólogos. Su destino consistirá en permanecer en una esquina de un garaje subterráneo, detrás de un cristal, rodeada de automóviles en fila.

Además de la atalaya, los asistentes a la inauguración contemplaron también otros restos rescatados del fondo de la plaza de Oriente. Todos visitaron las tres plantas del aparcamiento. El concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, exclamó que aquella construcción era "magnífica".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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