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El Banco de España dispone ahora de menos margen

La inevitable convergencia que debe producirse en los tipos de interés de los países candidatos a participar en la Unión Monetaria está provocando dos situaciones paradójicas. Alemania, sus economías satélites y Francia han iniciado ya la subida de sus intereses, pese a que el aún débil pulso de su crecimiento y sus elevadas tasas de paro aconsejarían un incremento más suave.Por otro lado, economías como la española, cuya expansión está consolidada y hay riesgos de que repunte la inflación por la fortaleza del consumo, necesitan bajar sus tipos a corto plazo para acercarlos a los de los demás países que formarán el núcleo central del euro. La convergencia, por tanto, se impone sobre las prioridades internas.

El incremento de ayer en Alemania, secundado por otros cinco países europeos, puso en evidencia esta contradicción. El nerviosismo de los mercados demuestra las incertidumbres que plantea la última recta hacia el euro.Acortar distancias

Uno de los efectos de esta nueva situación que coincidieron en destacar ayer varios analistas es la mayor cautela que deberá tener el Banco de España para acercar su tipo de intervención, ahora en el 5%, al que respaldará la futura moneda única -"en tomo a un 4%", señalaba ayer un experto-.

Para Antonio Zamora, de Analistas Financieros Internacionales, la decisión alemana se produce antes de lo esperado y "puede producir un retraso en el próximo recorte de tipos en España". Entre otras razones, porque al acortarse la distancia con Alemania se reduce la urgencia de bajarlos, "a menos que las presiones alcistas sobre el tipo de cambio de la peseta [más elevados] lo requieran".

"El Banco de España tiene que seguir pensando en reducir los intereses, aunque las circunstancias económicas indiquen que el margen debería estar agotado", opina Alfredo Urrutia, economista jefe de Société Générale.

"Lo más probable", añade, "es que el aumento en Alemania permita que aquí los recortes se hagan más despacio", una circunstancia, en su opinión, favorable para controlar la inflación y vigilar los efectos del Presupuesto, dos de las principales preocupaciones de la autoridad emisora.

El secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, intentó restar importancia a los efectos de este cambio de expectativas y aseguró que la subida en Europa era previsible. "En España hay margen para bajar los tipos de interés", dijo y negó que las perspectivas de constituir la Unión Monetaria se hayan ensombrecido.

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