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Alemania anuncia una inversión de dos billones para la compra del avión de combate europeo

Pilar Bonet

El Gobierno federal alemán decidió ayer involucrarse en el proyecto conjunto más importante y más caro de la industria del armamento de Europa occidental. Con una dotación presupuestaria de casi dos billones de pesetas para la compra de 180 unidades, Bonn contribuirá a la construcción en serie del avión de combate Eurocaza 2000, cuyo coste total se evalúa en 7,5 billones de pesetas. La fabricación de este aparato, en la que también participan el Reino Unido, Italia y España, ha sido objeto (le una larga polémica entre las fuerzas polílicas alemanas y deberá ser aprobada en el Parlamento.

La oposición del Partido Socialdemócrata (SPD) ya ha anunciado que votará en contra del proyecto, pero los representantes de la coalición cristianodemócrata liberal en el Gobierno han expresado su confianza en la aprobación parlamentaria, pese a su exigua mayoría de seis diputados en el Legislativo y la circunstancia de que varios diputados liberales de la coalición gobernante han manifestado sus discrepancias por razones económicas. El ministro de Defensa, Volker Rühe, dijo ayer no tener "ninguna duda" de que el proyecto tendrá el visto bueno del Legislativo para fines de noviembre".El consorcio constructor del Eurocaza 2000 está formado por Alemania, cuya contribución al proyecto es de un 30%, Reino Unido (37,5%), Italia (19,5%) y España (13%). En total, se construirán 620 aviones, de los cuales 180 serán comprados por el Ejército alemán por un total de 23.000 millones de marcos (casi dos billones de pesetas). El Reino Unido comprará 232 aparatos; Italia, 121 y España, 87.

Rühe dio ayer garantías sobre la financiación del proyecto a partir del presupuestode Defensa de Alemania. Los costes del pedido alemán se repartirán a lo largo de dos décadas y el aparato, un diseño que ha sido elaborado durante más de una década y del que existen ya prototipos, estará listo para su empleo a partir del año 2002. El Gobierno federal consiguió rebajar el precio de cada aparato (sin contar el armamento) de 140 millones de marcos (unos 12.000 millones de pesetas) a algo más de 125 millones. Por parte alemana, participa en el consorcio constructor la empresa Dasa, que tiene su sede en Múnich.

El portavoz de Defensa del grupo parlamentario gubernamental en el Parlamento, Paul Breuer, ha dicho que la construción del eurocaza asegura a Alemania el mantenimiento de las capacidades tecnológicas en el campo de la industria aeronáutica y propulsora y también el mantenimiento mantenimiento de 18.000 puestos de trabajo altamente cualificados en su país.

Dando por sentada la necesidad del eurocaza, el ministro de Defensa Rühe dijo ayer que es mejor fabricar ese avión con los socios europeos que hacerlo en Estados Unidos, Rusia o China. La seguridad de Alemania y las necesidades de participar en tareas conjuntas multinacionales en el marco de la OTAN son algunas de las razones alegadas en Alemania para justificar la construcción del Eurocaza. Las Fuerzas Aéreas alemanas tienen actualmente 159 cazabombarderos de tipo F-4F (Phantom) y Mig 29, éstos de fabricación soviética y heredados del Ejército de la antigua República Democrática Alemana. Todo este contingente deberá ser renovado paulatinamente hasta el año 2002. Tanto los F-4F como los Mig 29 se enfrentan actualmente con limitaciones para cumplir con las exigencias de la Defensa integrada de la OTAN y, pese a las medidas tomadas para prolongar su uso, están al límite de sus posibilidades.

Los argumentos en contra del proyecto son (le distinto carácter. El portavoz de Defensa del SPD, Walter Kolbow, señaló ayer que el Gobierno no ha contestado a las preguntas más importantes sobre el Eurocaza, a saber: para qué son necesarios 180 aviones, las amenazas que justifican su empleo, la regulación contractual del proyecto con los socios europeos, los costes de los armamentos que el caza requiere y las posibilidades de Alemania (le permitirse el nuevo aparato. Por su parte, los verdes calificaron ayer el proyecto de "uno de los errores más catastróficos y caros" del Gobierno de Helmut Kohl.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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