El juez Garzón detiene a Scilingo por su participación en la represión argentina
Adolfo Scilingo, el militar argentino arrepentido que denunció en su país la represión durante la dictadura militar (1976-1983), quedó ayer detenido en Madrid por orden del juez Baltasar Garzón, de la Audiencia Nacional, después de que admitiese en su declaración que él mismo había participado en los denominados vuelos de la muerte, en los que ciudadanos secuestrados eran lanzados vivos desde aviones al mar.
Scilingo acusó durante más de tres horas a los que fueron sus jefes de haber participado en la represión con desapariciones de ciudadanos y torturas sistemáticas, aunque según explicó Manuel Ollé, abogado de las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, el momento culminante de la declaración se produjo cuando Scilingo fue preguntado si él mis mo había intervenido en los vuelos de la muerte. El ex militar dudó e inició una respuesta:"Este..., bueno...". En ese momento fue interrumpido por el juez que le reclamó una respuesta concreta: "Diga únicamente sí o no". Tras una ligera vacilación y con voz queda, Scilingo respondió: "Sí".En opinión del citado abogado, esa respuesta fue decisiva en el ánimo del juez a la hora de ordenar su detención en dependencias policiales hasta las 10 horas de hoy, cuando continuará la declaración judicial.
El magistrado no ha adoptado todavía ninguna medida definitiva, y hoy continuará profundizando en el número de vuelos en los que intervino y las personas que resultaron muertas en ellos, entre otros detalles. En fuentes jurídicas, sin embargo, a la vista de que Scilingo se encuentra ya detenido, nadie duda de que cuando concluya de declarar el magistrado celebrará la vistilla para modificar su situación personal, y si alguna de las partes lo solicita, decidirá su ingreso en prisión. El acusado debía participar ayer en un programa de televisión, que había abonado los gastos del viaje desde Argentina. Un equipo del programa grabó una entrevista con Scilingo en el lugar de detención.
El ex-militar está imputado en este proceso desde el 12 de septiembre de 1996, en calidad de integrante de la plana mayor de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) entre diciembre de 1976 hasta el mismo mes de 1977. Durante su declaración, Scilingo explicó al juez Garzón que la Iglesia argentina adoctrinaba a los militares que intervenían en los vuelos de la muerte diciendo que no tenían que sentirse culpables porque eran muertes cristianas, ya que los desaparecidos a los que se arrojaba desde los aviones iban drogados y porque había que separar la cizaña del trigo, según el abogado Carlos Slepoy.
El letrado José Luis Galán relató que Scilingo facilitó un testimonio oral sin aportar documentos que respaldasen sus afirmaciones, en contra de lo que se había publicado de que el ex militar tenía recopilados unos 100 folios en un informe sobre las atrocidades cometidas entre 1976 y 1983.
Scilingo detalló una relación de militares que estuvieron en la ESMA y que intervinieron en la denominada guerra sucia. Acusó al vicealmirante Mendía de ser el ideólogo de la estrategia de la represión de los subversivos, y precisó que en 1975 se creó un grupo especial a las órdenes del almirante Emilio Eduardo Massera, conocido como Negro y Cero, que fue comandante en jefe de la Armada entre 1976 y 1978, y que estaba formado por jefes y comandantes de la ESMA.
El letrado José Luis Galán fue preguntado por la postura del fiscal sobre la situación de Scilingo. El abogado respondió: "El fiscal es uno de los grandes desaparecidos españoles en este proceso", en referencia a que el Ministerio Público no había estado presente en la declaración del ex militar.
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