Netanyahu concede
AL ENEMIGO, puente de plata. Benjamín Netanyahu se ha visto forzado a aplicar el dicho no para el enemigo que huye, sino para el que vuelve. El primer ministro isrealí se ha visto obligado a hacer gestos que favorecen a su enemigo principal, el movimiento integrista palestino Hamás, cuyo fundador y jefe espiritual, el jeque Ahmed Yasin, llegó ayer a Gaza, como un héroe, procedente de Jordania, adonde había sido expulsado después de ocho años en las prisiones israelíes. Un atentado fallido (por envenenamiento) cometido en Ammán contra Jaled Meshal, jefe político de Hamás, supuestamente por los servicios secretos israelíes, ha forzado al Gobierno de Netanyahu a hacer concesiones a sus enemigos.Aunque el primer ministro se escude tras la investigación oficial que ha puesto en marcha -anticipando que no dimitirá ni siquiera en el caso de que se demuestre su responsabilidad-, el caso Meshal constituye uno de los fallos más ostentosos de la historia de los servicios secretos israelíes. Éstos no sólo han puesto al desnudo el terrorismo de Estado israelí, sino que la fallida operación -en la que al parecer insistió personalmente Netanyahu. en contra de las advertencias de los expertos -ha venido a sembrar más confusión en una ya de por sí compleja situación en Oriente Próximo.
Para empezar, la operación en Ammán ha dejado en mala situación al rey Hussein de Jordania, el mejor aliado de Israel en el mundo árabe, quien se ha visto obligado, con apoyo de Washington, a exigir de Netanyahu la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes y el regreso del jeque Yasin a Gaza, a cambio de la liberación de los dos supuestos agentes israelíes que operaron en su territorio con pasaportes canadienses. Ahora queda claro que la liberación por Israel la semana pasada del jeque Yasin no fue un gesto humanitario hacia un anciano decrépito, sino el resultado de una negociación.
Netanyahu está obligado a actuar en contra de lo que ha hecho durante las últimas semanas: perseguir a activistas de Hamás, empeño al que arrastró también al presidente de la Autoridad Palestina. Con todo lo ocurrido, Yasir Arafat puede también perder apoyos entre los suyos en beneficio, de la postura más radical de Hamás. Ayer mismo, el jeque Yasin siguió pidiendo la continuación de la lucha armada contra Israel.
Salvo que Hussein haya logrado concesiones israelíes, lo ocurrido no favorece la causa de la paz. Tras varias semanas en un callejón sin salida aparente, ayer se reanudaron las conversaciones entre israelíes y palestinos, EE UU mediante. En estos primeros contactos se intentarán desbloquear algunas cuestiones concretas y menos conflictivas del proceso iniciado en Oslo, como el puerto y el aeropuerto de Gaza.
La próxima semana, Estados Unidos quiere que las dos partes aborden el estatuto definitivo de Palestina. Aquí pueden enfrentarse dos concepciones, opuestas del proceso de paz. Mientras Netanyahu no quiere hacer más concesiones hasta haber logrado un acuerdo sobre un estatuto final de Palestina que garantice la seguridad de Israel, los palestinos pretenden que esta cuestión avance en paralelo a la resolución de asuntos más concretos. A medida que Netanyahu. irrita cada día más a la Administración de Clinton, la mediación estadounidense resultará decisiva; lo que no disminuye la utilidad de los interlocutores europeos con israelíes y palestinos.
Los últimos acontecimientos no juegan a favor del primer ministro más impopular de la historia de Israel: tendrá que responder de una política con la que lleva a Israel hacia lo imposible.
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