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ELECCIONES EN GALICIA

La larga mano

La oposición gallega se siente "amordazada por el control del PP en las instituciones"

Xosé Hermida

El periodista de la televisión autonómica acercó su micrófono a Manuel Fraga y con una cándida sonrisa, le espetó: "Presidente, ¿cómo va a ser nuestra campaña?". Fraga, tan rápido de reflejos como siempre, frunció el ceño y corrigió el lapsus de inmediato: "Querrá usted decir la campaña del Partido Popular". La escena se produjo hace tres años, durante la pegada de carteles que daba inicio a una carrera electoral, y de ella fueron testigos miles de gallegos que seguían la retransmisión en directo. Fraga salió airoso del trance. Tras ocho años en el poder es normal que se produzcan confusiones como ésa. En las últimas semanas también cuesta trabajo distinguir si el delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes, utiliza el fax de la institución en nombre del PP o del servicio público que representa. Las redacciones de los medios de, comunicación reciben a menudo notas de prensa con el membrete oficial del organismo y gruesas descalificaciones contra sus adversarios.

La última, difundida el pasado sábado, se refiere a la candidatura del PSOE-Esquerda Unida-Os Verdes como "coalición social-comunista" y al Bloque Nacionalista Galego como "los independentistas". La consejería de Cultura y Comunicación de la Xunta acumula asimismo experiencia en la divulgación de declaraciones, teóricamente institucionales, que denigran a los socialistas por los casos de corrupción. El constante apoyo de la ciudadanía en las elecciones autonómicas y locales y la llegada de José María Aznar al Gobierno central han permitido al PP hacerse con el control de la gran mayoría de las instituciones públicas gallegas. Y así ocurre que en la Administración autonómica, por ejemplo, el Gobierno de Fraga se reservó hace cinco años la potestad de declarar de "libre designación" cerca de 1.000 puestos, lo que facilitó la promoción profesional de más un familiar de dirigentes del partido. Puede que la acumulación dé poder invite a veces a descuidar las formas. O algo más que las formas, según el criterio de la oposición. "Asfixia" o "déficit" democráticos son los términos empleados desde hace años por PSOE y BNG para describir la situación.

El PP cree que todo es una fabulación exagerada de sus rivales, se escuda en los votos y alega que está allí donde, le han puesto los gallegos.

La oposición dice que se siente amordazada". El PP, denuncian al unísono socialistas y nacionalistas, reformó unilateralmente el reglamento de la Cámara autonómica para reducir el tiempo de intervenciones de sus contrincantes, no se esfuerza por consensuar las leyes, en ocho años sólo ha permitido crear una comisión de investigación y el presidente sólo comparece cuando lo desea él mismo -dos o tres veces al año- y nunca cuando lo interpelan.

También lo acusan de haber montado lo que llaman una "Administración paralela", un con junto de sociedades y fundaciones de capital público pero sometidas a derecho privado, que asumen competencias delegadas por la Xunta. Este año disponen, en conjunto, de casi 30.000 millones de, pesetas de presupuesto.

"Sus contratos con empresas privadas y su política de personal", se queja el dipútado socialista Ceferino Díaz, "no se rigen por las normas de la Administración y es más difícil fiscalizarlas desde el Parlamento. Se crean, por ejemplo, sociedades para administrar los puertos, las obras hidráulicas y la gestión urbanística, con lo que gran parte de una consejería como la de Política Territorial queda fuera de nuestro control". Para Jaime Pita, uno de los portavoces más activos del PP en la última legislatura, la creación de esas entidades sólo persigue "modernizar la gestión de algunos servicios". "Así se está haciendo en todos los países democráticos: en Estados Unidos,' en toda Europa y, por cierto, en muchos ayuntamientos y lugares donde gobierna el PSOE", agrega.

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A la televisión autonómica, socialistas y nacionalistas ya la dan por imposible. "En cuatro años", se lamenta Francisco García, representante del BNG en el Conséjo de Administración de RTVG, "no han ofrecido una sola entrevista en profundidad de nuestro portavoz, Xosé Manuel Beiras, y eso que en las últimas elecciones logramos un 18% de los votos".

Pero PSOE y BNG aseguran que los tentáculos del PP llegan también a muchos medios privados, que reciben subvenciones de la Xunta.

Según un pormenorizado estudio de la revista Tempos novos, desde 1990 el Gobierno autónomo entregó a los medios gallegos, a través de convenios, publicidad y otros mecanismos, 20.914 millones de pesetas. La oposición afirma que no rechaza las ayudas a la prensa siempre que se concedan mediante "mecanismos transparentes" y no como "un regalo para pagar favores". El Gobierno argumenta que está patrocinando un sector de interés estratégico para todos los gallegos. Esa política, aduce, ha permitido, elevar el índice de lectura de diarios. Al popular Jaime Pita no le duelen prendas en admitir que, en ocasiones, el poder "arrima el ascua a su sardina", pero no se muestra en absoluto de acuerdo con el negro diagnóstico de sus adversarios políticos. Pita dice que su partido actúa en el Parlamento con suficiente flexibilidad, "mayor que otros grupos, como el BNG, que nunca acepta una enmienda". "Apoyamos una comisión de investigación cuando hubo motivos para ello", agrega, "lo que no puede ser es que alguien difunda una sospecha sin fundamento y luego pretenda que se investigue sólo para sembrar porquería. Tampoco es normal que pidan explicaciones por todo al presidente, cuando puede contestar otro miembro del Gobierno. Fraga asiste a casi todos los plenos, lo que no hacía Felipe González.

Pita ofrece una particular versión del refrán de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio para devolver las acusaciones a los socialistas. Por ejemplo, en lo que se refiere al control de la televisión. "El episodio más bochornoso que he visto en mi vida", recuerda, "se produjo en la jornada final de la campaña de las elecciones generales de 1989, cuando el PSOE gobernaba en Galicia. Después de la medianoche, ya en plena jornada de reflexión, TVG siguió emitiendo durante una hora un mitin de González y Guerra en Sevilla".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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