El Gobierno canario anula la compra del edificio del Santander en Madrid
El consejo de Gobierno de Canarias ha acordado renunciar definitivamente a la compra, por 3.200 millones de pesetas, de un edificio del Banco Santander en Madrid que iba a servir de sede institucional de la comunidad autónoma en la capital de España. El acuerdo fue adoptado a petición de los grupos que conforman el pacto de gobierno en las islas (Coalición Canaria y PP), debido a las críticas formuladas por diversos dirigentes políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, por el alto coste de la operación y la escasa transparencia que ha habido en la tramitación del expediente.
El consejero canario de Economía y Hacienda, José Carlos Francisco, ha declarado que el ejecutivo regional pedirá a sus representantes en la empresa pública Sofesa, encargada de ejecutar la operación, que negocie con el Banco Santander la forma en que se debe resolver el contrato firmado entre las partes. El objetivo del Gobierno es recuperar el aval por 300 millones de pesetas entregado por Sofesa a la entidad bancaria como anticipo de la compra, aunque no se descarta que parte de ese dinero se pierda como consecuencia de las negociaciones con el banco.Según explicó el portavoz del Ejecutivo canario, Esteban Morales, los máximos responsables del Santander conocerán próximamente las razones que han llevado al Gobierno de la comunidad autónoma a adoptar esta decisión.
Morales señaló que el consenso que existía meses atrás entre las distintas fuerzas políticas del archipiélago ha quedado roto en las últimas semanas, de ahí la conveniencia de anular la operación. Esta razón fue la que también expusieron hace dos semanas los representantes de Coalición Canaria y del Partido Popular en la Mesa del Pacto de Gobierno.
Por su parte, el presidente canario, el nacionalista Manuel Hermoso, ha asegurado que ni él ni ningún miembro de su gabinete ha recibido presiones del Banco Santander para que el Ejecutivo siguiera adelante con la operación de compra del edificio de la calle de Alcalá.
Hermoso, que no se había pronunciado sobre este conflicto desde que comenzó la polémica, salía así al paso de las declaraciones de su compañero de coalición y portavoz de la Alianza Nacionalista en el Congreso de los Diputados, José Carlos Mauricio, en las que acusaba a la entidad bancaria que preside Emilio Botín de presionar al Gobierno de las islas para que no paralizara la adquisición del inmueble. Según recalcó Manuel Hermoso, si esas presiones se llegasen a producir, "hubiéramos estado ante una situación realmente inadmisible".
Fuentes oficiales del Santander se limitaron ayer a señalar que "no se ha recibido ninguna notificación por parte del comprador de la antigua sede que el banco tuvo en la calle de Alcalá [Madrid]".
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