Arzalluz baja el tono en la fiesta del PNV y da la cara por Aznar

El presidente del PNV Xabier Arzalluz aseguró ayer, ante unos 100.000 afiliados y simpatizantes, que el día que su partido sea mayoritario en Euskadi y la sociedad demande la autodeterminación "no habrá ni historia ni ejércitos ni nada que nos lo impida en estos tiempos". Con su reflexión descalificaba la negociación que persigue ETA con el Estado porque, dijo, es una quimera. "¿Es que acaso nos tiene alguien que reconocer la autodeterminación?", se preguntó. Su discurso sorprendió por su tono suave y contemplativo con José María Aznar, a pesar de que el PNV acaba de dar por roto el pacto de investidura.Se limitó prácticamente a pedirle al PP que busque otros caminos, aparte del policial, para conseguir la paz.

Xabier Arzalluz se sumergió ayer en el anual baño de masas que recibe en la fiesta del PNV, el Al derdi Eguna, en las vitorianas campas de Salburua, con un discurso centrado en buena medida en el Gobierno de José María Aznar y las dos vertientes que más le interesan: el final del terrorismo y el desarrollo estatutario.Pero el líder nacionalista se puso el guante blanco y, contra todos los pronósticos, se quitó el cuchillo de la boca cuando se refirió a Aznar. Llegó incluso a pedir a la militancia peneuvista que no caiga en la tentación de odiarle "porque él ha conseguido en 18 meses", con todo lo que supone la actualización del Concierto Económico y el Cupo vasco, "lo que el PSOE no consiguió en 13 años".

La cruz se la reservó al ministro del Interior, Jaime Mayor, al que recriminó que su fórmula para acabar con la violencia pase exclusivamente por la vía policial: "No

vamos a esperar otros 20 años de solución policial".

Arzalluz situó como una prioridad, y urgente, el final de la violencia. Por ello pidió al Gabinete de Aznar que apueste con valentía por esas otras vías para acabar con ETA. Lo hizo incluso subrayando el papel que toda policía está obligada a hacer para detener a los terroristas, pero desde la convicción de que "hay que arbitrar medios y caminos para llegar a una solución".

Sobre todo, apostilló, para diferenciarse de quienes desde Madrid apuestan por la continuidad de ETA como un mal menor para evitar que el País Vasco, mayoritariamente nacionalista, se vuelva incontrolable: "Nos llaman ambiguos porque queremos la paz,porque lo sabemos y porque no pensamos como ellos".

A HB y ETA, sencillamente, Arzalluz les aborreció por "la soberbia" de no saber aceptar lo que demanda la mayoría de los vascos. "¿Por qué ETA no acepta negociar con su propio pueblo? ¿Qué quiere negociar con Madrid? ¿La autodeterminación, se preguntó. "¿Pero es que necesitamos que nos la reconozca nadie?", advirtió; " el día que este pueblo nos siga mayoritariamente y quiera ir por ese camino, no habrá historia ni ejércitos ni nada que nos lo impida en estos tiempos. Dejémonos, pues, de quimeras y negociaciones, porque, si no hubiera violencia, este pueblo iría adelante como una flecha", concluyó.

El lehendakari, José Antonio Ardanza, que tomó la palabra minutos antes que Arzalluz, también se refirió a la soberanía del pueblo vasco y pidió respeto para la voluntad mayoritaria de sus habitantes.

Tras asegurar que se ha recuperado más soberanía que en los dos últimos siglos y subrayar que, a pesar de todo, se quiere "más", Ardanza sugirió a su partido que explique muy bien a los ciudadanos el alcance de un techo competencial superior al que marca el Estatuto de Gernika -el PNV prepara un documento denominado Nuevo Cuadro de Poder Político que lo eleva.

"Será imprescindible explicar a los que viven con nosotros", dijo Ardanza, "la importancia que tiene para vivir mejor la capacidad para tomar decisiones. Y, en el caso de conseguir más autogobierno, tendríamos que explicarles para qué lo queremos".