Constructoras españolas copan el mercado portugués y las obras de la Expo 98
Las constructoras portuguesas han denunciado al Gobierno de Lisboa la "invasión" de las compañías españolas, que desde hace aproximadamente tres años copan las más importantes obras del país, incluidas las de la Expo 98, o participan en ellas. Las empresas españolas reconocen que la crisis abierta tras la Expo de Sevilla y la explosión del sector en Portugal, con motivo de la muestra internacional de Lisboa, han convertido el mercado luso en uno de sus prioritarios focos de atención.
Las empresas españolas están en autopistas, ferrocarriles, infraestructuras hidráulicas, el metro de Lisboa, el nuevo puente sobre el Tajo y, especialmente, en las construcciones de la Expo 98.El déficit histórico de infraestructuras en Portugal y el atraso tecnológico de sus constructoras han facilitado una amplia entrada de las compañías españolas en este sector del país vecino que, según el último informe del Banco de Portugal, supuso el 6,5% del Producto Interior Bruto luso en 1996 y alcanzará el 9,8% para este año.
No es la primera vez que la penetración económica española suscita recelos en el otro país ibérico y leventa voces contra la "invasión". Las construcciones en marcha para la Expo 98 de Lisboa, los grandes proyectos de infraestructuras y el ingente programa de nuevas viviendas han proporcionado a las empresas españolas una ampliación de su mercado, facilitada también por la financiación comunitaria y la caída de los tipos de interés.
El director general de la Asociación Portuguesa de Empresarios de Obras Públicas (ANEOP), Manuel Aguiar, reconoce que "los datos son reveladores; las empresas españolas han penetrado de forma importante en el mercado luso, mientras las portuguesas no han conseguido ni un solo concurso en España".
Aguiar admite que no "debemos hablar de invasión, sino de penetración aprovechando las reglas del mercado". Y reclama una cierta "reciprocidad" por parte de Madrid, aunque reconoce que "la dimensión de las empresas españolas no es equiparable al de las portuguesas, que son mucho más pequeñas, facturan muchísimo menos y, por lo tanto, tienen menos capacidad de riesgo". El responsable en Portugal de Entrecanales y Cubiertas MZOV, Luis Cid, explica que, "efectivamente, existe un fuerte penetración de los grupos españoles aquí, pero hasta el momento no he visto que ninguna empresa lusa se presentara a concursos en España".
Tecnología atrasada
A juicio de Cid, el asunto tiene una explicación muy clara: "La tecnología de las constructoras portuguesas está muy atrasada y su organización interna no está adaptada a los tiempos que corren; nosotros subcontratamos casi todas las obras, mientras ellos cuentan con una mayoría de personal fijo que convierte las etapas sin trabajo en una tragedia. Nosotros somos actualmente más competitivos, aunque ellos disponen de muy buenos medios, por ejemplo en maquinaria para puentes".
Los empresarios españoles radicados en Lisboa rechazan tajantemente las acusaciones de practicar una "competencia desleal" o de licitar por debajo del precio de coste. "Presentamos propuestas generalmente más favorables", afirman, "porque nuestras estructuras nos lo permiten. Es una simple regla del mercado".
Según los datos que maneja la Consejería Comercial de la Embajada española en Lisboa, "el valor de las adjudicaciones de obras públicas en Portugal ascendió en 1994 a 322.000 millones de escudos (más de 260.000 millones de pesetas), lo que representó un crecimiento real del 21,1% respecto a 1993".
"Portugal es ya el primer país extranjero en el que operan nuestras constructoras", agrega el mismo informe. Según datos de Seopan, la asociación de las constructoras españolas, "de 103 grandes proyectos ganados por éstas fuera de España, 23 lo fueron en Portugal, por valor de casi 200.000 millones de pesetas, en su mayor parte obras públicas".
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