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Amnistía Internacional denuncia la impunidad reinante en México

Las denuncias internacionales sobre la violación de los derechos humanos en México se multiplican. Al sombrío balance emitido por la ONU el pasado agosto se ha unido ahora el durísimo veredicto del secretario general de Amnistía Internacional (Al), Pierre Sané: el respeto a las garantías individuales "esta en crisis". Durante una visita al país, Sané alertó sobre el brutal incremento de ejecuciones, desapariciones y detenciones arbitrarias registrado en los últimos tres años al abrigo de la militarización y de la impunidad brindada por las autoridades.

Tal y como sucedió con Nigel Rodley, el relator especial de las Naciones Unidas contra la tortura que viajó a México en agosto, el máximo representante de Amnistía Internacional decidió trasladarse al país ante las preocupantes señales que este organismo recibe desde 1994."En este plazo ha habido un agravamiento inquietante de las violaciones a los derechos humanos", asegura Sané a EL PAÍS. "Hace tres años teníamos cinco presos de conciencia. Hoy hay más de 150. Las desapariciones han resucitado como técnica de represión. Sólo en 1997 llevamos contabilizados 30 casos y 40 ejecuciones extrajudiciales. La tortura sigue siendo rutinaria, y los malos tratos en las prisiones han aumentado".

Varios factores, según el análisis de Amnistía Internacional, han propiciado este deterioro dramático de las garantías individuales en México la corrupción y la ineficacia de los cuerpos policiales y del aparato judicial han llevado al Gobierno a echar mano de las Fuerzas Armadas para combatir el narcotráfico y la delincuencia urbana, los principales problemas de seguridad pública.

Junto a ello, el surgimiento de grupos armados en Chiapas y Guerrero ha multiplicado los operativos en áreas rurales. "Con la militarización se incrementan las violaciones a los derechos humanos", explica Sané. "Lo hemos visto en otros países. El Ejército no está capacitado para las funciones de orden público, y cuando asume esa tarea quiere tener carta blanca".

El problema, afirma Morris Tidball, responsable de Amnistía Internacional para México, es que este país carece de mecanismos de control para prevenir las violaciones cometidas por el Ejército. "La jurisdicción militar toma automáticamente para sí toda denuncia y concede impunidad - absoluta a los responsables".

Uno de los objetivos de la delegación durante su visita de tres días era entrevistarse con el presidente mexicano, Ernesto Zedillo, quien finalmente no les recibió. Según Amnistía Internacional, la cita había sido confirmada.

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Un portavoz oficial niega este extremo. "La agenda estaba completa esta semana, y así se les dijo". De hecho, añade que Ernesto Zedillo se reunirá con representantes de este organismo el próximo 5 de octubre, durante su gira por Francia y Alemania. "No somos renuentes. Entendemos la gran labor de la organización Amnistía Internacional, pero tenemos diferencias. Sin tapar los problemas con un dedo, consideramos que hay mejoría en la impartición de justicia, que la situación no está descontrolada y que estamos mucho más cerca hoy de un país donde la ley impera".

La visión de Pierre Sané es otra. "La inacción del Gobierno ha permitido que la situación se pudra. Tenemos la impresión de que, a nivel político, es el precio que están dispuestos a pagar para acabar con los movimientos armados, los carteles de la droga y la delincuencia: que los derechos humanos se vayan de vacaciones". México, advierte AI, tiene ya todos los elementos para desembocar en un "escenario a la colombiana".

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