Antonio Gala enfrenta a dos generaciones en una "comedia negra'

Intriga, humor, trama psicológica, tenso pulso entre dos mujeres que poco tienen en común y aromas de "comedia negra" son algunos de los elementos de Café cantante, última obra de teatro de Antonio Gala, que mañana, tras una minigira veraniega, se estrena en el teatro Bellas Artes de Madrid. Su autor, que reconoce mantener una relación de amor-odio con el teatro, vuelve una vez más a los escenarios con una obra metateatral.

La pieza está dirigida por Joaquín Vida, con escenografía del pintor José Hernández y las actrices Nati Mistral y Angeles Martín dando vida a dos nuevos personajes que vienen a completar la profunda inmersión en el mundo femenino a la que Gala se autosomete en su dramaturgia.Esta vez son María, La Talismana (Nati Mistral), y Yeni (Ángeles Martín). Antes fueron numerosas las heroínas escénicas que han venido poblando el teatro de Gala, siempre inmerso en un mismo universo, preciosista en el lenguaje y de honduras psicológicas en las tramas. El autor lo dice en el prólogo a la edición de Café cantante (Espasa Calpe): "Yo he escrito siempre la misma obra, con los mismos ingredientes: un escenario oprimido, extrañamente oscuro, alguien que ha perdido la libertad, un factor desencadenante y las situaciones que a continuación se producen".En esta ocasión el escenario es un cafetín, casi un tablao, que lleva varias décadas cerrado, con objetos inservibles amontonados en los rincones. Dentro de él vive su dueña, quien lo ha convertido en una insólita vivienda en la que se ha autosecuestrado. A ese espacio agobiado llega una joven y a partir de ahí la obra se ve impregnada de sorpresas.

Café cantante completa lo que podría considerarse, dentro del teatro de Gala, una tetralogía de la libertad, formada por Petra Regalada, La vieja señorita del Paraíso, El cementerio de los pájaros y esta última comedia. En todas ellas se aborda el tema de la libertad enfrentando personajes, situaciones, clases sociales, formas de vida, generaciones... y en todas el espacio escénico es otro personaje más de la trama.

Metáfora

"Aquí también sufre un proceso de depuración a medida que se va aclarando la relación entre los personajes; el teatro es algo visual y lo que el espectador ve sobre el escenario tiene que proporcionarle información acerca de lo que sucede, aquí estamos ante un espacio chirriante, barroco, en el que se ven cosas amontonadas que han perdido su sitio, es una metáfora sobre la vieja España", dice el autor, que ha profundizado también en el lenguaje popular andaluz. "La mujer mayor es mucho más expresiva, tiene un lenguaje florido y rico, que no entiende la joven, y al revés, ya que la muchacha tiene un lenguaje fresco, muy sucinto, muy escaso, como hablan los chicos de ahora, esos contrastes entre ambas ha sido algo muy entretenido para mi a la hora de escribir la obra"."La comedia es extraordinariamente alegórica y metafórica, quien no entienda la metáfora de lo que allí pasa, supongo que también se lo pasará muy bien; habrá gente que se conforme con entender un 15% de lo que he querido decir, y otros pillarán al vuelo más cosas que las que yo creo decir, porque hay públicos que entienden mejor la comedia que el propio autor", señala.