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El futuro del primer ministro de Polonia es un defensor de la tradición cristiana y de la aportación de Juan Pablo ll

ENVIADO ESPECIAL El hombre que dirigirá la integración de Polonia en la OTAN y el acercamiento a la Unión Europea es Marian KrzakIewski, un defensor de Juan Pablo II que ha basado su campaña en mensajes patrióticos y cristianos. Es, según los primeros datos provisionales, el vencedor de las elecciones del domingo. Encabeza la Acción Electoral de Solidaridad (AES), una amalgama de 40 partidos derechistas. Aventaja en siete puntos a los ex comunistas de la Alianza Democrática de la Izquierda.KrzakIewski fue militante clandestino del sindicato Solidaridad en Silesia y sucesor de Lech Walesa en 1991 como candidato de compromiso. En mayo, seguro ya de su victoria, no ocultó a este corresponsal sus puntos de vista en los asuntos más polémicos. Se hablaba entonces de la nueva Constitución, y este experto en computadores de 48 años aseguraba que, además de pedir el no a sus seguidores, había invocado a Dios para que no fuese aprobado este instrumento de los bolcheviques. Venía de Roma, de ver a Juan Pablo II, "gracias al cual hay libertad en Polonia y al que ofenden los comunistas, que pretenden negar nuestras raíces cristianas".La Constitución polaca, tan a favor del bien común e inofensivamente genérica corno puede suponerse, fue aprobada por los pelos y debe entrar ahora en vigor. Pero el actual jefe de Solidaridad -una imagen de marca que nada tiene que ver con el movimiento de los ochenta-, está dispuesto a enmendar la situación: "Yo represento otro proyecto social".Ese proyecto no transige, por ejemplo, con la ley del aborto, que considera excesivamente liberal, ni, obviamente, con la nueva ley fundamental porque, decía en Lodz, "aunque no tengamos lazos funcionales con la Iglesia, nos identificamos con sus valores".El 'Duce polaco' El atildado ingeniero electrónico KrzakIewski, padre de dos adolescentes y hombre de oratoria y gesto autoritario al que sus enemigos llaman el Duce polaco, ya parecía convencido en mayo de vencer este domingo. Y no sólo negaba cualquier legitimidad moral al Gobierno de los ex comunistas convertidos en socialdemócratas ("siempre falsifican las elecciones") sino que echa de menos un proceso de depuración de responsabilidades de los antiguos colaboradores del régimen caído: la lustración de la vida política, "que aquí no se ha producido, como en Alemania o la República Checa".Su aliado parlamentario seguro, anunció, sería el Movimiento para la Reconstrucción de Polonia, derecha radical, que dirige Jan Olszewski y que según las estimaciones ha franqueado el 5% del voto necesario para tener representación. Ya en mayo, KrzakIewski descartó a Leszek Balcerowicz, "porque se ha acercado a los socialistas", pero concluía que "en política no hay nada imposible". Su partido, el centrista Unión por la Libertad, es el tercero, más votado. Con su 14% y alrededor de 60 diputados, se perfila como el indiscutible árbitro de la situación.

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