_
_
_
_

El escolta de Diana confirma que les siguió un coche blanco

El guardaespaldas de la princesa Diana de Gales, el británico Trevor Rees-Jones, ha confirmado al juez Hervé Stéphan que fue "Dodi Fayed quien llamó a monsieur Paul para que fuese él quien nos condujese desde la puerta de atrás del hotel". La estratagema tenía como objeto escapar a las cámaras de los fotógrafos, la mayoría de los cuales estaban apostados en la puerta principal del Ritz. "Yo había previsto salir con dos coches, pero Dodi prefirió cambiar de plan".De momento, Trevor Rees-Jones no es capaz de recordar más allá del momento en que el Mercedes, con Henri Paul al volante, se lanzó a toda velocidad por las calles de París. Eso hace que no haya podido ni confirmar ni desmentir la hipótesis de un primer choque entre el coche en el que viajaba Diana y un Fiat Uno, pero en cambio sí ha hablado de que eran seguidos "por dos motos y un coche". Sobre éste ha dicho que "era de color blanco y el maletero de atrás se abría", un recuerdo que parece sugerir la presencia oculta de un paparazzi. La persecución "empezó desde la salida del Hotel Ritz".

Los cristales encontrados a pocos metros (60) del lugar del accidente demuestran que un coche de la marca italiana rompió uno de sus faros en aquella zona, pero nada prueba que fuese contra la carrocería del Mercedes. En todo caso, se sabe que la policía francesa está analizando también algunos rastros de pintura hallados en el alerón derecho delantero del Mercedes, rastros que podrían ratificar la hipótesis del choque previo y orientar con más precisión o seguridad sobre el modelo de coche implicado y su color.Versiones contradictorias

Los interrogatorios de los diversos testigos presenciales del choque han facilitado hasta ahora versiones contradictorias. En la mayoría de los casos nadie ha hablado del segundo coche, pero sí lo hizo una pareja que ya había atravesado el túnel de Alma cuando el Mercedes se empotró en su decimotercer pilar. Su testimonio parecía poco fiable porque el relato dependía de lo visto a través del retrovisor y fue formulado varias horas después de los hechos, cuando la indignación popular contra los fotógrafos -aún se desconocía el grado del alcoholemia del chofer-, los había convertido en chivos expiatorios ideales del dolor popular.

El juez Hervé Stephan ha tenido que esperar tres semanas para poder interrogar al guardaespaldas, que no sólo se estaba recuperando del traumatismo causado por el choque, sino también de las varias intervenciones de que ha sido objeto por parte de los cirujanos, destinadas a reconstruirle el rostro. Desde un primer momento se temió que el choque y las sucesivas operaciones hubiesen podido borrar de la memoria de Rees-Jones todo lo ocurrido minutos antes y después del choque contra el pilar del túnel de Alma que costó la vida a Diana y Dodi Fayed.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_