Los alcaldes del Henares proponen cuatro obras para desatascar la N-II

La autovía de Barcelona está en obras. El Ministerio de Fomento está ampliando el trameí que transcurre entre Alcalá y San Fernando (más de seis kilómetros) de dos a tres carriles por sentido. Alcaldes y empresarios de la zona advierten que esta obra millonaria no servirá para gran cosa si no va unida a otras cuatro medidas y confían en que éstas, que ya existen sobre el papel, acaben con la saturación.

Los problemas de este tramo de la Nacional II afectan a unas 350.000 personas, las que viven en el Corredor del Henares. Los Ayuntamientos de Torrejón, San Fernando de Henares y Coslada proponen para empezar que el Gobierno regional y el Ministerio de Fomento agilicen proyectos como la M-45 y la M-50.Creen los regidores que la M-45 podría desviar a los vehículos que del Corredor del Henares se dirijan a la zona sur de Madrid. Por ejemplo, con la M-451 un vecino de San Fernando que trabaje en Getafe ya no tendría que pisar la N-II.

La M-50, otro anillo alrededor de Madrid, ayudará a los camioneros que vengan de Barcelona a acceder a las otras autovías sin tener que cruzar el saturado tramo de la N-II que transcurre entre Alcalá y la M-40.

La Comunidad de Madrid quiere adjudicar la construcción de la M-45 a principios de 1998 y calcula que estará lista hacia el año 2000. El Ministerio de Fomento ha sometido ya a exposición pública el estudio informativo de la M-50 y estos días se dispone a estudiar las alegaciones que se han presentado.

"Sin la M-45 y la M-50, para lo único que servirá el tercer carril [actualmente en construcción] será para desplazar el atasco hacia las cercanías de Madrid", dice Florencio Roiz, jefe de servicio de Continental Auto, los autocares que unen el corredor con la capital.

Los Ayuntamientos de San Fernando y Coslada ven avecinarse otro problema: la entrada en funcionamiento del Centro Internacional de Transportes (cuyas parcelas se están adjudicando) y del Puerto Seco de Coslada (un centro de distribución de mercancías que aún no ha comenzado a urbanizarse). Ambas instalaciones atraerán una gran cantidad de tráfico pesado. Una de sus salidas hacia Barcelona, la variante de la N-II, desemboca en una vía urbana, la avenida de San Pablo, que va a dar a la autovía, a la altura del congestionado puente de San Fernando.

Fomento lleva años buscando una solución. Ahora, el director de carreteras de la Comunidad de Madrid, Javier de Águeda, ha propuesto al ministerio asumir la obra uniendo la variante con la M-45.

Carretera al polígono

No todo son grandes obras. La alcaldesa de San Fernando, Montserrat Muñoz, de Izquierda Unida, cree que una pequeña carretera que una San Fernando con su polígono, industrial también aliviaría de tráfico la N-II. Esta vía también está en camino, según De Agueda. Partiría de la circunvalación de San Fernando (M-216) hasta el polígono, situado a orillas de la autovía, y desde allí continuaría hasta el polígono de Las Monjas de Torrejón. Acaban de contratar el estudio informativo. De Águeda calcula que, dentro de dos o tres años, los vecinos de San Fernando que trabajen en alguna de estas dos zonas industriales podrán ir a sus empresas por esta carretera interior.

San Fernando tiene un problema añadido: atravesar, los dos kilómetros de la avenida de San Pablo en hora punta es una pesadilla de no menos de sesenta minutos. Éste es el único acceso que tienen los vecinos de San Fernando y los del barrio de la Estación de Coslada a la N-II en dirección a Guadalajara.

La Comunidad tiene previsto duplicar los carriles de una vía paralela, la avenida de la Cañada (que desemboca en la calle de Rejas) para que los vecinos la usen como alternativa.

El proyecto incluye mejorar el acceso a la N-II por la calle de Rejas (a la altura de la empresa Casa) y modificar este nudo, por el que ahora no se puede salir en dirección a Guadalajara, para que esto sea posible. La previsión es que esté lista a mediados de 1999.