Joselito tiene adulador de cámara

Otro petardo oliendo a tomadura de pelo. La ausencia de José Ignacio Sánchez dejó la cosa en un mano a mano de supuestas figuras, que intentaron hacer como que cumplían frente a toros de los de su predilección, que resulta que ni siquiera les valen a ellos. Y encima, se ponen dignos.Porque sucedió que a Joselito le dieron una benévola oreja después de muletear con despego un toro sin poder, y de cuya labor sólo son recordables dos series, con la derecha y con la zurda, ciertamente desmayadas. Lo mató discretamente y el conformar de la gente le otorgó una oreja.

El matador le dio el despojo a su peón Juan Cubero, que lo llevó durante la vuelta al ruedo. La ofendida figura no lo quiso pasear. Y, al acabar la vuelta, el adulador subalterno, al llegar a la altura de la presidencia, se permitió el lujazo de hacerle señas al usía, para que se enterara de una vez de que su jefe, por menos de dos orejas no lo hace.

A esto lleva pedir orejas a tontas y a locas. Llegará el momento que se concedan por hacer el paseíllo o por peinarse a raya. Y que a nadie se le ocurra decir una palabra a algunos toreros. Alguien dijo algo a Joselito y la mirada de perdonavidas que dirigió el torero al tendido fue un poema.

Rivera abusó del pico, padeció enganchones, de vez en cuando surgía un muletazo (a prudente distancia) y con la espada no recordó para nada a Fortuna.

Por otra parte, se celebró ayer la sexta corrida de la feria de Valladolid, en la que se lidiaron toros de Torrestrella, informa Efe. Enrique Ponce, oreja en los dos. Luguillano, pitos y bronca. Vicente Barrera, oreja y vuelta.