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La negativa de EE UU a firmar desluce el acuerdo contra las minas antipersonas

Un Bill Clinton muy presionado por el Pentágono lamentó ayer que su país "no se pueda sumar" a la masiva aprobación en Oslo del borrador del tratado internacional de prohibición de las minas antipersonas. Clinton justificó su actitud por la negativa de los otros países a aceptar las condiciones estadounidenses. El ministro español de Defensa, Eduardo Serra, anunció que España se sumará al acuerdo el próximo mes de diciembre en la ciudad canadiense de Ottawa y que posteriormente lo someterá a las Cortes.

Aunque el texto haya sido aprobado por unanimidad en la capital noruega por 400 representantes de 98 naciones la desaprobación de Estados Unidos, que se añade a la ausencia de grandes fabricantes como Rusia, China e India, lo convierte en un pato cojo. La ceremonia formal de rúbrica del tratado se celebrará en diciembre en Ottawa.El presidente de la conferencia, el surafricano Jacki Selebi, sorteó un intento de Japón para presentar sus puntos de vista, y consiguió que los reunidos aprobaran sin votación el documento. La ovación de la sala fue unánime cuándo el representante de EE UU, Eric Newson, anunció que retiraba sus propuestas de modificación del protocolo, y que no se someterían a votación. El viceministro noruego de Exteriores, Jan Egeland, acogió satisfecho la retirada de las enmiendas estadounidenses, que "hubieran abierto la caja de Pandora" si se llegan a admitir.

El pasado lunes, en un cambio de su posición tradicional contraria al tratado, EE UU se declaró dispuesto a apoyarlo siempre y cuando el resto de los países aceptaran varias condiciones. La principal era una moratoria de nueve años en su entrada en vigor, un tiempo que el Pentágono dice necesitar para sustituir por otros sistemas de defensa los campos de minas que protegen a Corea del Sur de una posible invasión norcoreana. EE UU tiene desplegados en el paralelo 38, que separa ambas Coreas, unos 37.000 soldados.

Los norteamericanos también deseaba que no se prohibieran las minas inteligentes que acompañan a las antitanques y que, según ellos, se destruyen solas. Pedían, por último, que los firmantes fueran autorizados a abandonar el tratado en caso de ser atacados. "Estados Unidos", según el portavoz de la Casa Blanca, "tiene responsabilidades particulares en el mundo y por eso necesita excepciones".

La presión internacional, y también la interna, para que Washington se sumara a la prohibición de las minas se había intensificado a raíz del fallecimiento de la princesa Diana, una activa militante en esa causa. Las minas antipersonas provocan decenas de miles de muertes y mutilaciones de civiles. Los norteamericanos que han militado contra las minas expresaron ayer su disgusto por la actitud de su país. El senador demócrata Patrick Leahy declaró: "El uso de minas antipersonas debe ser declarado un crimen de guerra. No tengo dudas de que nuestro país terminará sumándose a los otros en la prohibición de la fabricación, venta y empleo de estos artefactos". Leahy añadió que los legisladores contrarios a las minas llevarán el tema al Congreso.

Por su parte, el ministro español de Defensa, Eduardo Serra, anunció ayer en el pleno del Congreso que España firmará en Ottawa el tratado de prohibición de minas antipersonas y remitirá a continuación a las Cortes el correspondiente proyecto de ley, informa Miguel González. Serra negó que la delegación española en Oslo se haya apartado del acuerdo unánime del Congreso del pasado 25 de febrero, favorable a una erradicación sin reservas de este tipo de armas, y argumentó que la propuesta de ampliar hasta cinco años el plazo de destrucción de los almacenes, que finalmente no prosperó, estaba encaminada a lograr que más países se adhieran al tratado, para que éste sea "lo más universal y eficaz posible".

Las organizaciones no gubernamentales de la campaña Eliminemos las minas hicieron pública ayer su exigencia al Gobierno es pañol para que sea uno de los primeros países en ratificar el tratado y celebraron que EE UU hubiera retirado sus propuestas para modificar el texto del trata do: "Es preferible un buen trata do de prohibición total de las mi nas en el que momentáneamente no esté EE UU, que un tratado inservible con ellos dentro", de claró Eva Quintana, represen tante de las ONG en Oslo.

Jamás, bajo ninguna circunstancia

El borrador del tratado internacional de prohibición de las minas antipersonas, ratificado ayer de forma masiva en Oslo, incluye entre sus principales artículos los siguientes:1. Cada Estado signatario se compromete a que jamás, bajo ninguna circunstancia, empleará, fabricará, pondrá a punto, almacenará, comprará o venderá a nadie minas antipersonas.

2. Una mina antipersonas está concebida para estallar ante la presencia, la cercanía o el contacto de una persona.

8. Si un Estado reclama el esclarecimiento de cualquier cuestión relativa al respeto del tratado por otro puede solicitar a través del secretario general de las Naciones Unidas una petición de aclaración. Si el Estado no obtiene la información reclamada en el plazo de 28 días puede someter la cuestión a la próxima reunión de los Estados signatarios o proponer la convocatoria de una asamblea extraordinaria.

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