Los unionstas vuelven a la conferencia del Uster para pedir la expulsión del Sinn Fein
Los unionistas protestantes acudieron ayer a regañadientes a las conversaciones de paz en el Ulster, pero sólo para exponer su demanda de expulsión de los republicanos del Sinn Fein, el frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), al que culpan del atentado contra el cuartel de policía de la aldea de Markethill hace dos días.Encabezados por David Trimble, los unionistas parecían dispuestos a mantener esa exigencia e hicieron saber a los patrocinadores de la conferencia, Londres y Dublín, que no entrarán en negociaciones directas con el Sinn Fein de Gerry Adams, empeñado en poner fin al control británico de Irlanda del Norte.
La presencia de Trimble, líder del poderoso Partido Unionista del Ulster (UUP), y de representantes de otros dos partidos protestantes en el castillo de Stormont constituyó un pequeño pero sintomático avance. Pero si bien premió en cierto grado las intensas gestiones mediadoras del primer ministro laborista británico Tony Blair, y su contraparte irlandés, Bertie Ahern, la nueva posición unionista no es nada halagadora. Trimble dejó por enésima vez en claro que no piensa hablar cara a cara con Adams, lo que deja como única opción disponible en el futuro inmediato el mecanismo de "contactos indirectos": negociaciones bajo el mismo techo pero en salas diferentes y a través de intermediarios. "Venimos a enfrentarnos al Sinn Fein y exponer su carácter fascista", declaró Trimble.
El UUP y otros dos partidos probritánicos boicotearon en un principio la conferencia por temor a que ésta proponga un acuerdo que podría socavar la alianza de Irlanda del Norte con el Reino Unido y reemplazarla con un pacto de Gobierno conjunto. Trimble, al parecer, ha recibido garantías. "No habrá ningún acuerdo que no involucre una solución del Reino Unido", declaró.
Trimble pronunció esas palabras poco después de que Adams formulara un público llamamiento al UUP a abandonar lo que describió como "su estrategia para estropear este proceso". "Tienen el mandato [de sus bases] para sen-tarse a negociar con nosotros. Queremos que los unionistas participen de las negociaciones. Les damos la bienvenida", agregó.
Inaugurada sin la participación de los unionistas el lunes, la conferencia de Stormont es considerada por los Gobiernos de Londres y Dublín como la mejor oportunidad en décadas para hallar un arreglo. El proceso, al menos en el papel, debe culminar con la firma de un acuerdo político que sería sometido a un referéndum en mayo próximo.
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