El FMI prevé un crecimiento del 4,5% para la economía mundial en los proxímos cinco años

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es abiertamente optimista sobre el futuro de la economía mundial. A pesar de que la recuperación es débil en algunos países europeos, que no se acaba de concretar en Japón, y que la crisis monetaria del sureste asiático perjudicará el desarrollo de esta región, el FMI prevé un crecimiento del 4,5% hasta el año 2002, según las Perspectivas Económicas Mundiales presentadas ayer en Hong Kong, donde se celebra la asamblea anual de esta institución y el Banco Mundial. Este panorama no está exento de riesgos: la sobrevaloración de algunas bolsas, las incertidumbres sobre la unión monetaria europea y la disminución del flujo de capitales a los países en desarrollo por la posible subida de los tipos de interés en las economías avanzadas a medida que consolidan su crecimiento.

Ese 4,5% que el FMI vaticina sobre el crecimiento de la economía mundial en los próximos cinco años, sería el mayor incremento de la tasa media registrada desde 1970. Es más, los economistas de esta institución ven varios motivos para pensar que esa expansión se puede pro longar una década.

Inflación bajo control

La inflación mundial "está bajo control" y el compromiso para mantener la estabilidad de precios "es mayor que en cualquier otro periodo desde la II Guerra Mundial", señala el Fondo. En 1996, la inflación media de las economías avanzadas se situó en el 2,5%, la tasa más baja desde principios de los años sesenta. El Fondo, en palabras del economista jefe del FMI Michael Mussa, cree que sería necesario un aumento moderado de tipos en Alemania y EE UU para prevenir tensiones inflacionistas.

Además, los desequilibrios fiscales se están reduciendo en la mayoría de las economías. Esta política "ayuda a reducir las expectativas de inflación y los tipos de Interés reales". En el frente cambiario, también encuentra signos positivos. "Si se tienen en cuenta las distintas situaciones cíclicas de las principales economías, sus tipos de cambio son consistentes con sus condiciones económicas".

El Fondo vuelve a apostar por el relevo de Europa continental y Japón como motores del crecimiento mundial, en sustitución de Estados Unidos y el Reino Unido. Una perspectiva que, aunque ha sido ya anunciada en los últimos informes de la institución, no termina de materializarse. De hecho, en el documento presentado ayer, se revisa al alza (0,7 puntos) el crecimiento de la economía norteamericana para este año (3,7%) y se rebaja en más de un punto la previsión para Japón (1, 1 %). Las previsiones en el caso de Alemania, Francia e Italia también se recortan, aunque más ligeramente.

Varias razones explican el débil crecimiento de las principales economías de Europa continental. El FMI destaca cuatro: los efectos en la demanda de la reducción de los déficit públicos, la falta de flexibilidad de los mercados de trabajo y las rigideces de algunos mercados de bienes y servicios, la crisis de confianza de los consumidores por el creciente desempleo y, por último, el retraso y la lentitud con que algunos bancos centrales europeos han rebajado sus tipos de interés.

En Japón, el efecto de la subida de los impuestos sobre el consumo aprobada para este año ha sido mucho más drástico de lo previsto. La confianza de los consumidores nipones sigue siendo muy débil y la Bolsa mantiene una notable volatilidad. El Fondo se teme, además, que la crisis de los países del sureste asiático -a los que Japón exporta el 18% de sus mercancías- dificulte la recuperación.