¡A vuestros pupitres!
3.700.000 alumnos de infantil y primaria han vuelto al colegio
Era un día esperado. Alrededor de los colegios revoloteaban desde primera hora una bandada de niños, la mayoría acompañados de sus madres. Los nervios, el cambio de horario, el madrugón del primer día, los abrazos de alegría y alguna que otra lágrima de los pequeños protagonizaron la jornada de regreso al colegio de la mayor parte de los 3.700.000 alumnos de infantil y primaria que ayer volvieron a sus pupitres.Los centros privados, y también los públicos de comunidades como el País Vasco o Navarra, adelantaron la fecha de regreso a la semana pasada. Este curso desaparece la EGB y se incorporan 402.000 nuevos alumnos al primer curso de la nueva enseñanza secundaria obligatoria (ESO).
"¿Qué tal todo por abajo?", preguntaban varios profesores reunidos en una sala al director de un colegio. "¡Mucho follón y mucha madre!", respondía con humor. Una vez solos, los alumnos empezaban a reunirse con sus amigos del curso pasado, y los nuevos se distinguían porque se colocaban tímidamente en algún rincón con la esperanza de que alguien se les acercara.
"Preflero volver, porque si no me aburro en casa de mis tíos o de mi abuela", dice Yolanda, de 11 años. David está de acuerdo: "Este verano me aburría mucho, ya estaba cansado de estar en mi pueblo". David tiene 11 años y estudia 6º de primaria en el colegio San Ildefonso de Madrid, famoso porque sus alumnos cantan los números de la lotería todas las navidades. El San Ildefonso es un colegio público, un colegio de barrio, con 287 alumnos de primaria y lº y 2º de ESO. "La mayoría de los niños se quedan a comer en el colegio, a pesar de que viven cerca, porque la situación de las familias ha cambiado", cuenta su directora, Emilia Carpio.
Los cambios en el horario (la mayoría asegura que en vacaciones se levantaba a la once de la mañana como muy pronto) y la pereza de volver a afrontar las obligaciones (especialmente los temidos exámenes) y la disciplina escolar no acaba con el deseo de volver a ver a los amigos o con la necesitad de volver a la rutina tras más de dos meses de relajación.
Uniforme escolar
Dos de cada tres compañeros de clase de David tienen un solo hermano o son hijos únicos, y la proporción es similar en el resto de clases. Este año, lo que más les disgusta a la mayoría es llevar uniforme por primera vez. Los padres han decidido recuperar esta tradición por comodidad y para evitar la guerra de las marcas entre los niños, según cuenta la directora, "porque en el centro conviven alumnos de muy distintas clases sociales". "Los niños somos muy descuidados, nos manchamos y ahora tenemos que estar más pendientes", protesta Alexandra, de 10 años. "Yo no reconocía a mis compañeros por detrás y, además, es incómodo llevar falda", opina María Jesús.Los profesores regresaron al centro hace 15 días para repartir las asignaturas, las clases y el plan de trabajo para el resto mes, en el que se organiza la programación de todo el curso. "El año pasado fue el que realmente notamos el cambio al nuevo sistema educativo", según dice la directora, "cuando aún convivían EGB, primaria y secundaria. Éste nos toca asentarlo".
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