Los unionistas aplazan hasta el último minuto su decisión de acudir al diálogo

En un gesto teatral adoptado para subrayar recelos, los unionistas del Ulster decidieron postergar hasta el último minuto su decisión de acudir o no a las cruciales conversaciones de paz con los republicanos católicos que deben comenzar mañana en Belfast. El Partido Unionista del Ulster (UUP), la principal fuerza del campo probritánico en Irlanda del Norte, difícilmente puede ignorar la presión de Londres y Dublín o desoír las encuestas que claman darle al proceso de paz una oportunidad seria.

David Trimble, el líder del UUP, emergió ayer de la sede de su partido y se presentó brevemente ante los periodistas que montaban guardia en la calle. Primero dijo que su partido se pronunciará oficialmente el lunes. Luego manifestó que los unionistas "tienen que hacer oír su voz" en la reunión. Finalmente, cuando se le preguntó si hablaría con Gerry Adamas, el jefe del Sinn Fein, el frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), declaró enigmáticamente: "Tal vez". En resumen, los unionistas no han dicho categóricamente que no irán a la conferencia. Podrían quizás estar ausentes de la sesión plenaria, pero tácitamente admiten que las conversaciones, que tendrán lugar en un moderno edificio gubernamental adyacente al castillo de Stormont, son ineludibles.Ésa era la impresión que prevalecía ayer mientras Trimble volvía a encerrarse con el comité ejecutivo de su partido y los empleados de Stormont colocaban en la gran mesa cuadrangular blocs de notas y lápices y revisaban las líneas telefónicas y todos los detalles logísticos concebibles para evitar que percances técnicos se sumen a las innumerables complicaciones políticas con las que arranca este ciclo de negociaciones. Convocada por los Gobiernos de Londres y Dublín, la conferencia constituye el primer contacto multilateral de los protagonistas del viejo conflicto en el Ulster y apunta a la celebración de un referéndum en mayo próximo que, idealmente, contribuirá a definir el futuro político en Irlanda del Norte.

El proyecto cayó repentinamente en crisis esta semana cuando el IRA, a través de un portavoz entrevistado por la revista Noticias Republicanas, se distanció del Sinn Fein. Esa postura, anunciada horas después de que Adams y otros líderes firmaran su aceptación de los llamados Principios Mitchell (los seis puntos básicos del plan elaborado por el ex senador demócrata norteamericano George J. Mitchell) , dio abundante munición a los unionistas más recalcitrantes, que ven al Sinn Fein como una mera extensión de los temibles extremistas republicanos y, por lo tanto, se oponen a sentarse en la mesa de negociaciones "con asesinos y terroristas" que, a su juicio, no piensan cumplir con el compromiso de deponer las armas.

El primer ministro británico Tony Blair, que ha invertido el prestigio de su Gobierno laborista en la búsqueda de una solución al conflicto, hizo un nuevo intento por impedir el boicoteo unionista advirtiendo públicamente al Sinn Fein que será expulsado de la conferencia si trata de desentenderse de su reciente condena a la violencia. Adams ya ha dicho que la sorpresiva declaración del IRA, en el sentido de que esa organización "tiene problemas" con la aceptación de los Principios Mitchell, aunque "desafortunada" ha sido tomada fuera de contexto.

Contactos de proximidad

Blair, en un artículo que escribió para la publicación de Belfast News Letter, tambien advirtió a Adams que "tendrá muchas preguntas que responder" una vez que comiencen las negociaciones de Stormont. Trimble está obviamente satisfecho por la enérgica postura de Blair. Lo más probable es que Trimble trate de evitar conversaciones directas con el Sinn Fein. El UUP se ha declarado partidario de "contactos de proximidad", una idea basada en la mecánica de negociaciones en Dayton, entre los enemigos de la antigua Yugoslavia.