Las ejecuciones públicas en Chechenia desatan una nueva "guerra" con Rusia
La tormentosa relación entre Rusia y Chechenia no halla tregua, aunque haga ya un año que el entonces secretario del Consejo de Seguridad, Alexandr Lébed, forjase el acuerdo que puso fin a una guerra que costó decenas de miles de vidas en ambos bandos. La actual batalla es legal, al menos aparentemente, y estalló por la ejecución pública de dos asesinos en Grozni, el pasado día 3, en aplicación estricta de la sharia, impuesta por el régimen checheno.
Chechenia, por su parte, también aprieta las tuercas. Según la agencia rusa Interfax, hoy habrá otra doble ejecución pública, de dos individuos condenados, también por un tribunal islámico, por el asesinato de un hombre, una mujer y un niño.El fiscal general ruso asegura que, según el código penal vigente en la federación (a la que, en teoría, sigue perteneciendo la república caucásica), la ejecución puede ser, lisa y llanamente, un asesinato. A lo que el vicepresidente checheno, Vaja Arsánov, replica: "Escupo a Rusia. Rusia no significa nada para nosotros, somos un Estado independiente".
Arsánov fue acusado recientemente por el presidente de la cadena de televisión NTV de ser el cerebro de los secuestros de rusos y extranjeros en Chechenia, entre ellos los de un equipo de este canal, liberado supuestamente tras el pago de un rescate de más de 300 millones de pesetas.
"Descarrilar el proceso de paz"
Otro dirigente checheno, el viceprimer ministro MovIadi Udúgov, asegura, por su parte, que la actitud del fiscal general "se dirige abiertamente a hacer descarrilar el proceso de paz", que parecía marchar por buen camino tras la reunión del presidente ruso, Borís Yeltsin, con su homólogo checheno, Aslán Masjádov, el pasado 18 de agosto. En esa cumbre, en la que Masjádov insistió en la exigencia de independencia total, se acordó abrir un proceso negociador que fijase de forma definitiva el tipo de relación que debe existir entre Moscú y Grozni.
Como prueba de que no es sólo la parte rusa la que calienta la atmósfera, el fiscal general checheno abrió también un procedimiento criminal contra los "culpables del genocidio" durante la guerra, algunos de los cuales, aclaró, ocupan puestos de responsabilidad en el Gobierno ruso. Arsanov se refirió también a este proceso, y aclaró: "Los culpables serán ejecutados en público".
Las leyes de Moscú
Cuando las autoridades de Grozni decidieron montar el número el pasado miércoles haciendo que un pelotón de verdugos enmascarados y armados con fusiles Kaláshnikov fusilaran a un hombre y una mujer ante una gran multitud, en el centro de la ciudad, probablemente no pensaban tan sólo en hacer justicia, sino también (o, sobre todo) en demostrar una vez más que las leyes de Moscú no rigen en la república rebelde.
El desafío resulta especialmente notorio por el hecho de que Moscú aplica una moratoria no oficial sobre la pena de muerte desde hace un año, lo que tiene a centenares de reos en los corredores de la muerte a la espera de que se decida su destino. El pasado abril, Rusia firmó el protocolo número 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que precisamente prohíbe expresamente la aplicación en tiempos de paz de la pena capital, aunque ésta, legalmente, aún no ha sido abolida.
En la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), la ejecución pública ha desatado también una oleada de condenas, que no esconde la frustración de la mayoría de los diputados, con los comunistas al frente, por la derrota en la guerra y el hecho indiscutible de que Chechenia funciona en la práctica como un Estado independiente cuyo Parlamento se ha atrevido incluso a declarar al ruso idioma extranjero.
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