Guitarristas

Recientemente, en esta misma sección, el señor Ignacio Brito se sentía ultrajado por la prohibición de los músicos ambulantes de la plaza Mayor.Yo resido en dicha plaza y apoyo vivamente la medida, dado que los guitarristas, con los cuales he dialogado repetidas veces, se niegan a tocar sin hacer uso de potentes amplificadores y dentro de un cierto horario, que no sobrepase la medianoche. Me gustaría que al señor Brito todas las santas noches le tocaran hasta cuatro veces seguidas el Concierto de Aranjuez debajo de su ventana y haciendo profusión de vatios. Me gustaría que, cuando a la 1.30 tratase de conciliar el sueño, le apareciera un clarinetista o un, simpático mozo tocando con profusión la poderosa gaita gallega.

Me gustaría que al señor Brito (y a los que piensan como él), cuando por la noche le apetece oír música en su casa, estuviera condenado a oír por la fuerza el Concierto de Aranjuez, con varios bises y otras tres composiciones más, dado que el repertorio de estos músicos es brevísimo. Los turistas y el señor Brito aparecen una vez por la plaza Mayor y, arrullados por el Concierto de Aranjuez de marras, dicen: "¡Oh, qué bonito el pajarito!". Y se olvidan de que esa plaza es, como todas las calles, una zona de residentes con los, mismos derechos que el resto de los ciudadanos.

El punto clave de este problema es el de los amplificadores. Los músicos ambulantes sin amplifícadores no molestan a nadie. Pero los músicos dicen que sin amplificadores ganan "rnucho menos". Como esta respuesta es puramente comercial y no tiene nada que ver con el arte, y los residentes, debido a sus amplificadores, dormimos mucho menos, pues nos parece muy bien la prohibición.

Concluyendo: músicos ambulantes sí, pero sin amplificadores y con un límite de horario.-