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PSOE advierte que la cita de Aznar y Almunia está condenada al fracaso si el PP no rectifica

La próxima reunión, todavía sin fecha, entre el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el nuevo secretario general del PSOE,, Joaquín Almunia, está condenada al fracaso si los populares no dejan de acosar a los socialistas con sus críticas a los jueces en pleno juicio de Filesa. En este tenso ambiente, el primer partido de la oposición no cree posible el pacto sobre la justicia que Aznar le propuso la semana pasada, y mucho menos tras el cierre de filas que los populares han hecho con el coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, que ha llamado "presunto delincuente" a José Augusto de Vega, el magistrado que preside el juicio por la presunta financiación irregular del PSOE.

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El anunciado encuentro para después del verano entre Aznar y Almunia aparece en peligro en cuanto a sus resultados por la actitud del partido en el Gobierno ante un juicio en el que están procesados los gestores de las finanzas socialistas de mediados de los ochenta. Es una primera consecuencia de un juicio ante el que la nueva dirección del PSOE se ve ajena.A los mensajes que los socialistas dirígen estos días al PP para que respeten a los magistrados y salgan en defensa de su independencia se sumó ayer desde Bilbao Joaquín Almunia con una nítida advertencia -cuando acababa de concluir la segunda jornada del juicio- para que no haya más in terferencias. "Los tribunales juzgan hechos que pueden ser delictivos y hay que dejarles trabajar. No vamos a caer en las disquisiciones de Julio Anguita ni en la posición del PP de personarse en los tribunales. No vamos a opinar en un caso en el que conocemos a algunos implicados y a otros no. Lo que sí queremos es que se dicte justicia pronto y sin influencias de cualquier pelaje".

En este escenario, los socialistas se cuestionan ya el resultado de la cita con Aznar, y no sólo por el juicio de Filesa, sino también porque no les ha gustado el llamamiento del jefe del Ejecutivo para que hagan una oposición moderada. "España es una democracia y el que lo sabe debe conocer también que la oposición la eligen los ciudadanos y no el Gobierno", replicó Almunia. "El PP", añadió, "se tendrá que acostumbrar a una oposición firme y responsable".

Aun así, Almunia subrayó que no tiene voluntad de decir a todo que no en su reunión en La Moncloa, y le gustaría que el Gobierno quisiera pactar verdaderamente la política autonómica, la exterior y la Justicia. En su partido, en cambio, son escépticos.

En su anterior encuentro, celebrado en julio, Almunia dejó claro al presidente del Gobierno que si quería consenso, tendría que abordar también la intromisión de los partidos políticos en el ámbito de la Justicia. Citó, concretamente, la personación del PP en el juicio de Filesa, con la particularidad de que es el hoy presidente del Congreso, Federico Trillo, quien en su día tomó esa iniciativa.

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La dirección del PSOE observa cómo el PP, a lo largo de las últimas semanas, persiste en su actitud hostil. Los socialistas han tomado nota del mantenimiento de la acción popular del PP en el juicio de Filesa, pese a que la Sala Segunda del Tribunal Supremo anuló su acta acusatoria; de las críticas de su portavoz de Justicia, Andrés Ollero, a algunos magistrados por su decisión de anular el acta acusatoria, y de la deslegitimación institucional al atribuir esa conducta al procedimiento de elección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), así como del abierto respaldo otorgado por el portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, a Julio Anguita en sus graves ataques al magistrado José Augusto de Vega.

La dirección socialista percibe que el PP mantiene una posición de intromisión en la Justicia, que, a su juicio, inició hace mucho tiempo. La remontan a 1990, cuando el secretario general de los populares, Francisco Alvarez Cascos, trató de hacer del caso Naseiro -presunta financiación ilegal del PP- el caso Manglano, apellido del juez que abrió las diligencias contra el responsable de finanzas del entonces primer partido de la oposición.

El secretario de Organización socialista, Ciprià Ciscar, cree que las actitudes persistentes del PP reflejan que no hay voluntad real de diálogo en Aznar. Ciscar contrasta la beligerancia de éste con el comportamiento del PSOE ante los casos judiciales en que se ha visto envuelto el PP -el de la construcción de Burgos, el de Juan Hormaechea en Cantabria, el del túnel del Sóller en Baleares o, más recientemente, el caso Zamora-, en los que no se ha personado como acusación particular.

Ayer mismo, Andrés Ollero, en una pirueta dialéctica, acusaba al PSOE de tratar de generar polémicas en tomo a la Justicia para desviar la atención de los procesos por corrupción de la etapa socialista. Replicaba así a Jesús Caldera, que la víspera le había desautorizado por suscitar dudas en los ciudadanos sobre la imparcialidad del Supremo. Caldera añadía un reto: Aznar debe rectificar públicamente esta actitud.

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