Medio mundo pegado a la tele

La muerte y el funeral de Diana de Gales se han convertido en el mayor espectáculo de este fin de siglo. Unos 2.500 millones de personas, algo así como la mitad del mundo entero, seguirá por televisión el desfile en el que la princesa muerta demostrará cómo ha conseguido, y sobrepasado, lo que pretendió en su vida: ser la reina de corazones. Un centenar de cámaras de la BBC salpicarán el recorrido de un pueblo que acompañará el féretro de su nuevo mito hasta el funeral final.Tanto espectáculo genera, por supuesto, toda una polémica sobre las ganancias que lleva consigo. Adelantándose a las críticas, las principales cadenas norteamericanas han anunciado ya que no emitirán anuncios publicitarios durante la retransmisión.

"La naturaleza de este acontecimiento y el tono sombrío de nuestra cobertura hará Inapropiada la interrupción publicitaria", declaró John Moody, vicepresidente de noticias y editorial de Fox News. La misma decisión han tomado la NBC Televisión, CBS y la CNN. La cadena ABC ayer no había anunciado ninguna medida.

La publicidad se ha convertido también en polémica debido a la campana que esta semana lanza Sarah Ferguson para promocionar una firma de adelgazamiento. La cuñada de Diana, estrechamente unida a ella, está intentando a marchas forzadas impedir el lanzamiento de su primera campaña publicitaria para Weight Watchers, que lleva el desafortunado lema: "Adelgazar es más difícil que escapar de los paparazzi". Sarah anuló la conferencia de prensa con la que ayer iba a lanzar su campana en Londres, y su agente trata de interrumpir la difusión de anuncios televisivos e impresos. Pero la publicidad ya ha llegado a los mercados locales, y al menos dos revistas saldrán con ese mensaje este fin de semana.

La casa alemana Mercedes, marca del automóvil en el que se accidentó mortalmente Diana, por su parte, ha decidido suspender sus campañas publicitarias en el Reino Unido hasta después del funeral. "Es una muestra de respeto hacia la princesa", señaló un portavoz.