La lista más difícil

El intento de honrar la memoria de Diana de Gales con una despedida apropiada para "una joven princesa de su tiempo" está creando no pocos problemas de protocolo al equipo especial del palacio de Buckingham encargado de organizar las ceremonias oficiales. Por lo menos 2.000 personas serán invitadas a ocupar un asiento en la abadía de Westminster durante el oficio fúnebre. En cumplimiento de los deseos de Londres, que ha hecho hincapié en las relaciones personales, y no en las protocolarias, a la hora de asistir a la ceremonia, las casas reales de Bélgica, Dinamarca y Suecia ya han comunicado que no asistirán. La Zarzuela estudiaba ayer su representación, después de recibir una invitación de la casa Windsor.

El presidente norteamericano, Bill Clinton, que ha expresado en público su cariño por la fallecida, no asistirá. Su presencia habría dotado al evento del tono estatal que se trata de evitar en favor de un funeral solemne y más dedicado al pueblo. Su ausencia aligerará el posible desengaño de otros jefes de Estado que, como el sudafricano Nelson Mandela, habían barajado también la posibilidad de acudir. Hillary Clinton, y tal vez su hija Chelsea, sí estará. Lo mismo que la esposa del presidente francés, Jacques Chirac. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, también asistirá.

Thatcher y Major

[Tony Blair, por su parte, también ha reducido al máximo el número de políticos invitados, aunque sí lo han sido todos los ex primeros ministros, informa France Presse. Aunque en un principio Downing Street había invitado sólo a John Major, el anuncio de Margaret Thatcher sobre su asistencia hizo rectificar, y la oficina de Blair extendió la comunicación a todos. También han sido invitados los líderes de los principales partidos -conservador, liberal y el principal unionista de Irlanda del Norte-, el presidente de la Cámara de los Comunes y los ministros de Justicia y Exteriores].

La presencia de los príncipes Guillermo y Enrique, hijos de Diana, también es evaluada. Como viene haciendo en los últimos días su padre, el príncipe Carlos desea que ellos piensen bien si quieren acompañar el féretro. De hacerlo, el trayecto será a pie, al aire libre y literalmente frente a los ojos del mundo. Para el primogénito Guillermo en especial, que aborrece la publicidad, el recorrido puede convertirse en un doloroso peregrinaje.

No está claro si el cantante británico Elton John, amigo personal de Diana, será invitado a cantar en la abadía. Luciano Pavarotti, el tenor italiano de ópera, de 61 años, que se confiesa devoto admirador de la princesa, no podrá despedirla. Está tan triste por la muerte de su amiga, que ni siquiera se siente con fuerzas para viajar al Reino Unido, según ha reconocido. El conde de Spencer, hermano pequeño de Diana de Gales, leerá unos textos escogidos durante la ceremonia.